2013 se va permitiéndonos ser ante el mundo un ejemplo del enorme desencuentro social de la Humanidad.
La crisis que sufrimos es la patética muestra de la dificilísima armonía cuya insatisfacción nos agobia por doquier.
Argentina enseña el abismo entre sociedad y sistema político y las amarguras de diciembre alertan al orbe sobre las consecuencias de la ineptitud social que enferma al planeta.
El ideal de una nación armónica se diluye cada vez que resurge la imposibilidad de convivir en paz con el poder real. Los monopolios sin bandera despliegan sus intereses por todas las economías y dan forma a los gobiernos generando inequidad, desazón y más corrupción.
La ingeniería política dominante, que le ha obsequiado al ideal democrático un sistema inoperante (disfrazado de federalismo, representatividad y justicia), ha ahogado toda alternativa de progreso.
Presidencialismo, populismo, unitarismo e incapacidad operativa, en un escenario que muestra el fracaso del sistema multipartidista y la consecuente nulidad creativa de programas y dirigencia, nos acercan al derrumbe.
El sistema electoral, el fracaso multipartidista, la inatajable diferencia entre quienes pueden y quienes no tiene que ser debatido y resuelto. Lo de los partidos podría solucionarse en la utilización de las primarias abiertas para definir candidaturas y proyectos, descartando el polipartidismo actual.
Habría que generar una fuerza nacional de seguridad que resuma buena parte del excesivo cuadro que dibujan soldados, marineros, pilotos, gendarmes, prefectos y policías ( y que se llevan buena parte del pobre presupuesto nacional) y que se fundamente en tareas de inteligencia (no estamos pensando en Milani) para prevenir, más que reprimir.
El poder judicial debería abrirse a tribunales internacionales, menos contagiables por los intereses internos.
Y en economía, tendríamos que poder encauzar los ahorros populares hacia metas productivas que aumenten la inversión y el empleo. Hoy, los planes de ahorro de autos absorben mucha de esa posibilidad financiera y lo que hacen principalmente es adelantarle al Tesoro la grosera carga impositiva de esos consumos: obsérvese que en seis o siete años de aportes mensuales, lo que se llenó es el reclamo estatal por el gravamen correspondiente. Aparte, téngase en cuenta la feroz distorsión que provoca la usura en la economía popular.
Notas de interés sociopolítico acerca de los caminos de fortalecimiento de la democracia. Incorporemos la fenomenología del poder a las disciplinas de interés humanista.
martes, diciembre 31, 2013
martes, noviembre 05, 2013
Inflación y estupefacientes
La inflación es una medida estúpida.
Inútil.
Se trata del valor del promedio general
de todos los precios de una economía (propios e importados) en pleno
aumento, sostenido y persistente. Es irrisorio.
Y pensar que se crea todo un mito
social al servicio de la desinformación: ¿cuál es la utilidad de
semejante medida, que mezcla tractores y medias; juguetes y
barcos...?
El único sentido creíble es el de una
pretendida evaluación de la capacidad de gasto del promedio de los
habitantes de una nación. Los precios deberían observarse
sectorialmente y obtener índices para ajustarlos al castigo de su
evolución. Claro que no sirve ni cuando crecen ni cuando bajan
globalmente.
Estamos tocando la cuestión de los
aspectos más serios de una sociedad en la que la economía es el
recurso que debería nivelar condiciones: promover equidades.
Un gobierno con autoridad será el que
ejecute medidas tendientes a alentar la inversión y la reproducción
del empleo. En la realidad vivimos un engaño descomunal con el cual
se nos lleva a admitir como posible la coexistencia de la extrema
pobreza a diez cuadras de centros urbanos, como se muestra en
ciudades de todas las provincias. Y seguimos rezando para que la
Fuerza Superior riegue la solución.
Un aparato público nacional
desmesurado y estéril reclama la mitad de cada peso que gastamos
(para aplicarla en fines normalmente improductivos). Basta entender
que cada familia bahiense que està en situación de poder pagar
impuestos entrega dos mil pesos por mes para sostener a la
administración municipal. Es así. Son tres millones diarios que la
Comuna emplea para llevar a cabo los objetivos que pretende. Los
obtiene de las tasas propias y de lo que le llega coparticipado por
el PEN y la gobernación bonaerense.
La preocupación más honesta de los
economistas debería basarse en el conocimiento de la estructura del
poder real que domina a la sociedad: de sus mandamases internos y de
los de afuera. Saberlo de cada región y de las tierras limítrofes.
Una nación es un conjunto de fuerzas
que en un momento dado origina una resultante, la del poder
circunstancial, respetuoso de de aquel histórico y permanente. El
modelo vigente luce un aparato estatal sobreexcedido y asociado a
determinados vectores que manejan las finanzas, los negocios impuros
y los medios de desinformación. Muy poco podrìa estar encuadrado en
un anhelable proyecto de democracia real.
miércoles, septiembre 11, 2013
Parálisis
Escuchar a uno de los más
experimentados peritos judiciales de la Nación decir que jueces y
fiscales acomodan las pericias de acuerdo al dictamen que procuran
instalar es conmovedor. Y paralizante.
Roberto Locles confiaba a los medios de
prensa que una reciente sentencia en su contra era lo que seguramente
esperaba y que se disponía a apelar ante Casación.
Se trata del caso en que se lo
considera autor de la degradación de una prueba clave en el
asesinato del ferroviario Ferreyra (que le cuesta prisión a la
cúpula de la Unión Ferroviaria y que no podrá llegar más alto muy
probablemente).
Nefasto panorama que pinta un asistente
de la justicia con larga carrera en el medio tribunalicio. El poder
de los jueces ha dejado de ser garantía ciudadana. Lo más
tranquilizador es que deben estar actuando todavía árbitros dignos
dentro de una estructura erróneamente dada al privilegio de un
cuerpo técnico (el de los abogados), que es la única profesión que
permite acceder a un juicio.
Esto significa que ningún argentino
confiable (sea arquitecto, empleado o ama de casa) puede resolver
sobre la conducta de un conciudadano. Bastaría que tenga criterio y
se le aporten los asesores jurídicos que correspondan al mejor logro
de su compromiso. Es obvio.
Un sistema judicial que incorpore
tribunales extranacionales, como podrían ser los del Mercosur,
estaría habilitado para juzgar las causas más graves y alejarlas
del juego de influencias e intereses que podrán fructificar
indeseable o incontrolablemente bajo marcos provinciales o de la
nación.
Punto aparte para el desastroso sistema
carcelario, cuya meta es mantener fuera de la sociedad durante un
tiempo a los presuntamente indeseables. Urge repensar cómo
enderezar la disconducta de los presos y volverlos a la civilidad con
los derechos que corresponden.
sábado, septiembre 07, 2013
Sin GPS
Un gobierno que no se preocupa en
alentar la reproducción del empleo no tiene rumbo.
Empleo engloba la utilización de todos
los recursos habilitados para producir: gente, ahorros, mercados.
Lo concerniente a la gente implica
predisponer al estímulo, la formación y capacitación humana para
fines creativos y técnicos. Nuestra universidad pública es una
bendición y un sustento valiosísimo de la irrenunciable democracia.
Debe defenderse y mejorarse: sin el derroche actual de dar lugar a
alumnos y docentes que no deberían provocar el malgasto social. Por
otro lado, la etapa educativa previa tiene que ser un proceso en el
cual se exalte la individualidad y la potencia de cada chico. No,
como ocurre hasta ahora, que es un discurrir orientado exagerada y
defectuosamente a lo disciplinante.
La capacitación humana debe respetar
las diferencias culturales y propender a la mayor equidad formativa
en todo el territorio nacional.
El tema ahorros (es decir, los consumos
postergados) lleva al examen de las alternativas propuestas desde el
gobierno para asignar esos dineros saliendo de la mediocridad
improductiva de la construcción o la especulación como lo obligado.
La política económica debe afirmarse
sobre la justicia distributiva esgrimiendo correctamente la
estrategia tributaria y anulando la inflación. Tedrá como objetivos
nucleares la inversión reproductiva como resultado de los alicientes
que plantee la autoridad para encaminar los flujos financieros hacia
las metas generativas.
Los mercados simbolizan la oferta y la
demanda en espacios tanto nacionales como internacionales. El
crecimiento productivo requiere un consumo más alto (sea doméstico
o extranjero) y el logro de esos ámbitos es otro propósito
insoslayable de los gobiernos.
En resumen, nuestras autoridades deben
apuntar a la democracia económica neutralizando a los focos de poder
concentrado y apoyando el desarrollo de la clase media (sobre todo de
las PyMe); potenciando la infraestructura necesaria (transporte,
recreación, vivienda, atención de la salud, educación) para que un
eficaz manejo impositivo favorezca el mejor reparto posible de los
frutos.
Cuestión aparte es la ingeniería
institucional (de los tres poderes básicos) que pueda acompañar una
propuesta de progreso. La actual, con el ejecutivo en goce de abusos
desmedidos; el judicial, débil y maniatado, y el legislativo,
excedido en monitores del poder de turno, no nos sirve.
miércoles, agosto 14, 2013
Hacia la República
Hay contradicciones irritantes.
En esta sociedad se premia la
responsabilidad con mayores posibilidades de consumo. Así, un
intendente municipal de Bahía Blanca lleva a su bolsillo
mensualmente unos ochenta y pico mil pesos.
Por otra parte, un jefe de familia que
se desempeñe en la administración comunal y no tenga cargo
alcanzará a siete mil pesos cada treinta días, probablemente.
La misma cantidad si se llega a ver a
un conductor usando su celular (o rascándose ingenuamente una
oreja).
Lo contradictorio resulta ante la
obligación primordial del gobierno, la cual es generar trabajo para
todo el que lo necesite. Es decir, alentar y orientar inversiones que
recreen producción y empleo. Manejar, además, los recursos públicos
con toda la eficacia, austeridad y decencia que cabe reclamar. En
cambio, en lugar de asistir al reparto social más justo posible para
promover una sociedad estable y en paz, reemplaza la imprescindible
faena de educar y persuadir por la aplicación de castigos...y en
moneda!!!.
Cuánto menos significativo es una
multa para el poseedor (legítimo) de un móvil de alta gama que para
el de una modesta motito. La pena en dinero es plenamente injusta.
Deberá sustituirse por una reducción en los derechos, como el
tiempo de habilitación para manejar un vehículo o tratar de llevar
adelante u negocio. Eso es mucho más equitativo.
Hoy, en Bahía Blanca, quien conduce
una moto sin usar caso y con la patente corrida de lugar o difícil
de leer más vale que la dé por perdida. Por el importe de las
multas, obviamente.
La urgencia gubernamental en la
aplicación de parches a los reclamos lleva más fácilmente a la
represión y a la injusticia. Tenemos que corregir el funcionamiento
de los poderes y reivindicar para la sociedad la potestad que las
autoridades y el sistema en vigencia le están confiriendo a los que
más tienen, en desmedro de la libertad y el porvenir.
martes, julio 30, 2013
Monopartidismo
La evolución de la vida política nos
deja con la cruda vista de partidos vacíos. Han perdido entidad por
falta de representación social, de proyección de propuestas y de
formación de dirigentes y militantes.
Una mirada constructiva dejaría ver
que estamos en camino del monopartidismo. O del nulipartidismo. Y no
es para angustiarse.
Las PASO, que volveremos a ejercitar en
pocos días, son un inesperado recurso para vivir otra vez la
democracia ansiada, vilipendiada por los mecanismos electorales. Las
listas sábana, las candidaturas testimoniales, la licuación
partidaria con indiferenciación de banderas, nos fueron acercando a
una alternativa valiosa. Las “internas abiertas”, que podrán
servir para definir elegibles, funcionarían también para ofrecer
propuestas y programas a seleccionar por la ciudadanía.
Sería deseable que el fin del voto
obligatorio acompañe este progreso, para que elijan los que sienten
algún grado de compromiso con nuestro porvenir.
Sea a la altura de las comunas, las
provincias o la nación, esa preelección podrá satisfacer la
ausencia programática de los partidos y reemplazar este “intercambio
de figuritas” que desde hace unos años venimos practicando.
Imaginemos una jornada en la que se
pondrían a juicio proyectos y ejecutores sin distinción de banderas
y movidos, quizá, a resumir criterios para agruparlos en continentes
provinciales y del país.
El camino al partido único, de la mano
de la preelección general, no puede dejar de entusiasmar como
alternativa para respirar la democracia que les debemos a los que
vienen.
viernes, julio 19, 2013
Buenas y Malas
El
código de Tránsito y Transporte bonaerense agrupa normas que están
bien y mal.
Todas
aquéllas que tienden a evitar un daño generalizado o impiden la
actuación de un tercero (incluido el agente público) son las
legítimas. Las que afectan libertades y decisiones del individuo,
son erradas y hasta antidemocráticas.
No
mostrar una chapa patente (que no permite identificar el rodado) es
un ilícito punible.
No
usar casco con una moto es una decisión individual y no cabe que a
través de una norma se pretenda imponer una conducta. La ley existe
para arbitrar, no para prevenir la efectos de una inconducta
individual.
Multar
la falta de seguro es incorrecto: se está forzando un contrato entre
privados procurando que no se caiga en la irresponsabilidad de no
estar cubierto en caso de accidente o daño a tarcero. Lo mismo con
lo referido a la ingesta de alcohol o al no usar el cinturón de
seguridad.
El
estado legisla indebidamente y, muchas veces, desacertadamente. Usar
un celular al manejar encierra un riesgo muy difícil de pronosticar.
El efecto no deseable de esa conducta será responsabilidad de quien
la lleve a cabo.
Otro
caso: se exige cumplir con la verificación técnica (VTV).
Es
de esperar que los propietarios de los vehículos satisfagan año a
año (en la gran mayoría de los casos) ese reclamo cuando se cuenta
con los medios para hacerlo. Sin embargo, en el ejemplo de Bahía
Blanca, ruedan zonalmente bastante más de cien mil unidades (autos,
camiones, motos, acoplados y otros) y las instalaciones existentes
podrían cubrir a lo sumo, en los 12 meses, no más de 23 mil
(trabajando a pleno las tres fosas, las ocho horas diarias, todos los
días hábiles) tardando unos 20 minutos de promedio por revisión.
¿Con qué derecho puede multarse por esa falta?.
Una
licencia de conductor está muy lejos de prevenir que alguien
produzca un daño con su rodado. Es un recurso para recaudar y para
hacer sentir una presión que no escapa a la voluntad disciplinante y
represiva del aparato oficial.
Es
decepcionante que no existan vías ni voluntades de reacción a estos
excesos públicos. Y lo lamentable es que ocurre en todo el mundo
algo parecido.
Somos
sociedades sometidas por el miedo y el vigor del orden. En todos los
ámbitos. Es hora de despertar.
sábado, julio 06, 2013
Ingeniería política
Pensemos en el arte y las técnicas que
propone el ingenio. En ese sentido decimos ingeniería.
La imaginación de escenarios políticos
internos y foráneos, la identificación de actores y conjuntos de
fuerzas sociales, la comprensión histórica, la interpretación del
presente y las proyecciones del porvenir de las sociedades serían el ámbito de la ingeniería política.
Es extraño darse cuenta que en las
universidades públicas no existe una carrera que abarque ese mundo. A
lo mejor, es la tradicional coherción conservadora, que dio origen al
estilo disciplinante, correctivo y represor que nos domina, la causa
básica de esa carencia.
Es hora de “ponerse los pantalones
largos”. Deberíamos impulsar aquí y en toda Sudamérica la
urgencia de organizar y coordinar proyectos de ese tipo.
Se trata de capacitarnos en generar objetivos y estrategias del largo plazo, con compromiso y
permanencia para metas profundas de cambio. Habrá que salir de la
hipocresía vestida de democracia que reina para caminar hacia una más
auténtica democracia. Que el mañana se llene de equidad, paz y
esperanzas. El Brasil de junio es la muestra mas choqueante de que
las masas no son felices ni encuentran como acercarse a condiciones
de dignidad.
El sistema político imperante es pobre
como hacedor de reparaciones consistentes y durables e ilusiones que
movilicen el futuro.
Si seguimos usando la Historia para
justificar espacios de poder; si tratamos de entender la Economía
menospreciando una fenomenología del poder, los gastos sociales en
formar humanistas sólo seguirán siendo un malgasto.
Imaginemos cerreras de compromiso con
la realidad y que entusiasmen a aquellos que necesitamos volcar a los
demás nuestra voluntad de democracia.
Esta alternativa puede llevar a
solucionar el vacío de los partidos, que nos dejó sin doctrinas ni
escuelas de dirigentes. Las casas de estudio podrán pergeñar
diagnósticos y alternativas y dejar que diferentes líneas de gestión
social se identifiquen y los lleven adelante en cada proceso
electoral.
domingo, mayo 26, 2013
A la conquista mundial
Como diría Martín Fierro a regañadientes: "Ej la china la que manda". Así parece.
Una idea: los chinos están imponiendo inversiones en los países más pobres (aunque, potencialmente muy ricos). Es el caso de Congo, por ejemplo. Allí hacen y rehacen caminos, construyen hospitales. Obras que ayudan fuertemente al progreso popular. A cambio (y sin apuro, como lo afirman) obtienen facilidades para la explotación, como la minera, por caso. Los congoleños tienen oro, diamantes, cobalto.
Lo que se vislumbra es un horizonte donde el país comunista, que supo convertirse en el gran taller industrial de la economía del mundo (y, también, en el sindicato más poderoso que los capitales puedan enfrentar) está propulsando el crecimiento de las naciones de la periferia del capitalismo central (el que incluye a los socios europeos y asiáticos), acompañando a regímenes populistas (como el nuestro) para crear un contrafrente que equilibre (o venza, se verá) al imperio del dólar.
Por eso hay toda una corriente de grandes inversiones en Sud y Centroamérica, África y en algunas comarcas europeas en las que China, sin preocuparse demasiado por condiciones de asociación, refuerza a determinados sectores sociales para consolidarlos en el poder.
La corrupción no es angustia en el credo chino. Por el contrario, sirve para fortalecer una burocracia voraz y a los empresarios que se le unen en los negocios más voluminosos y oscuros. Al parecer, en cada uno de los países en que se asientan.
Lo que se vendría, entonces, es un megaespacio controlado por los descendientes de Mao y poblado de naciones en las que rige el populismo tan actual.
Una idea: los chinos están imponiendo inversiones en los países más pobres (aunque, potencialmente muy ricos). Es el caso de Congo, por ejemplo. Allí hacen y rehacen caminos, construyen hospitales. Obras que ayudan fuertemente al progreso popular. A cambio (y sin apuro, como lo afirman) obtienen facilidades para la explotación, como la minera, por caso. Los congoleños tienen oro, diamantes, cobalto.
Lo que se vislumbra es un horizonte donde el país comunista, que supo convertirse en el gran taller industrial de la economía del mundo (y, también, en el sindicato más poderoso que los capitales puedan enfrentar) está propulsando el crecimiento de las naciones de la periferia del capitalismo central (el que incluye a los socios europeos y asiáticos), acompañando a regímenes populistas (como el nuestro) para crear un contrafrente que equilibre (o venza, se verá) al imperio del dólar.
Por eso hay toda una corriente de grandes inversiones en Sud y Centroamérica, África y en algunas comarcas europeas en las que China, sin preocuparse demasiado por condiciones de asociación, refuerza a determinados sectores sociales para consolidarlos en el poder.
La corrupción no es angustia en el credo chino. Por el contrario, sirve para fortalecer una burocracia voraz y a los empresarios que se le unen en los negocios más voluminosos y oscuros. Al parecer, en cada uno de los países en que se asientan.
Lo que se vendría, entonces, es un megaespacio controlado por los descendientes de Mao y poblado de naciones en las que rige el populismo tan actual.
miércoles, mayo 22, 2013
Independencia
Es impracticable y falso en los
actuales escenarios políticos hablar de independencia de los jueces
y legisladores respecto de la presidencia nacional.
La realidad nos muestra que una
autoridad fundada en altísima concentración frente a los
mandatarios federales, que les adjudica recursos según coloratura
partidaria o asociación de momento, es adversa a la democracia.
Una presidencia capaz de elegir y
maniatar a los jueces tampoco conduce a una sociedad equitativa o
justa. Desentenderse de la inflación, asumiendo el fracaso de no
cumplir con un reparto ético y planchar toda iniciativa productiva
(que no vaya de la mano del modelo corruptivo) es jugar para que los
especuladores se enriquezcan ilimitadamente con la divisa menos
prestigiosa en el mundo.
Esta simulación de democracia, llevada
adelante hoy por un proyecto centralista, mezquino y provocador es
seguramente el límite de corrupción al que se puede acceder con las
reglas de juego en vigencia.
Habrá que cambiar las disposiciones
constitucionales. Diputados y senadores no pueden ejercer con
permanencia. Su facultad debe ser netamente asambleística: reunirse
una o dos veces al año, en representación del cuadro de fuerzas
políticas actuantes y volverse a casa después de votar los
proyectos del Ejecutivo o los partidos y juzgar los hechos de los
poderes paralelos: jueces y autoridad ejecutiva. Esto tanto a nivel
de nación como de provincias.
Los jueces no pueden seguir arrogándose
el privilegio de que un poder de semejante significación sea
oportunidad de quienes estudiaron Derecho (y se graduaron bien o
mal). ¿Por qué no puede un intelectual o un artista, o un probado
profesional juzgar la conducta de sus semejantes? La apoyatura
jurídica se la aportarán los sabedores y técnicos pero el criterio
humanista que tiene que primar en un tribunal no merece seguir siendo
atributo de los abogados.
Además y fundamentalmente, las causas
no pueden ser arbitradas por vecinos. Los procesos trascendentes
deben ser sometidos a cortes supranacionales, distantes del cuadro de
factores de poder dominantes en una democracia.
Las municipalidades dejan ver una
insostenible distorsión: los intendentes son los jefes del
Ejecutivo, transformando a los planteles comunales en campos de
cultivo y de caza. Deben ser autoridad máxima los titulares de los
Concejos vecinales, mientras que las secretarías y direcciones del
municipio conformarse con cuadros profesionales de concursada
permanencia.
Por otra parte, tenemos que reconocer
que los verdaderos representantes de la comunidad son los concejales.
Deben poder actuar con la asistencia debida que fundamente sus
decisiones. Si no, están sometidos a las presiones de Ejecutivo
(votando a favor o procurando un espacio de oposición, según sea).
Por último, el llamado “cuarto
poder” (que en un 80% es periodismo oficialista en este tiempo)
tiene que agotarse en la hipocresía de su “independencia”.
Ningún medio podrá serlo mientras dependa de un caudal
publicitario. La manera de conseguir prensa honesta y cabal es
favorecérsela a las agrupaciones políticas. Cada concepto mostrará
una bandera que porte su identidad partidaria y se agotará la
presunta “objetividad” de los grandes de siempre. El PEN (que ya
los tiene, sobradamente) o las legislaturas y los jueces podrán
contar también con sus canales de difusión. Todo el universo
cultural, también.
La ingeniería sobre la que se basa
nuestra realidad política es corrupta e inservible. El País de hoy,
como otros muchos ejemplos del planeta, así lo muestran.
martes, mayo 14, 2013
La fórmula es AGN
Hay un descontento generalizado acerca
del rol de la oposición política.
Nuestra realidad es fruto indeseado del
proceso de concentración del poder que se da sobre esta década
presente. La fuerza gobernante acumula recursos financieros y apoya
el desenvolvimiento de los monopolios asociados que rigen finanzas,
comercio exterior y comercialización.
Los medios de comunicación han sido
capturados por el oficialismo (se calcula que hoy un 80% responde al
FPV) y son responsables de la licuación de los partidos: han llenado
el espacio ineludible para la democracia que es la intermediación
entre el interés popular y la autoridad.
Hay una posibilidad que, por razones
que merecen análisis, no hemos sabido usufructuar: la Auditoría
General de la Nación. Es un organismo creado en 1992, regido por la
oposición (la UCR lo preside actualmente) y que controla el uso que
hace el aparato público de sus recursos.
Es así de simple y contundente.
Si la AGN, que dirige dignamente una
figura de trascendencia internacional, Leandro Despouy, lograra el
apoyo de los partidos no gobernantes (superando presumibles celos),
la anhelada oposición tendría un cuerpo de valiosa presencia.
Éste es un tema que justifica análisis
y acción.
En la foto: la sede de la AGN, en Avda. Rivadavia 1745.
martes, abril 30, 2013
La taba nos da Culo
La alta concentración de capitales que
caracteriza la situación económica nacional es irreversible.
El modelo imperante, con un aparato
público que crece en el dominio de sectores productivos y la
asociación con monopolios financieros (y sus extensiones comerciales
y productivas) nos da un escenario imposible de revertir.
Esto no es resultado de la estrategia
kirchnerista. Viene de la instalación de las fuerzas que acompañaron
a C.S.Menem, tras los bloqueos provocados por las hiperinflaciones y
la consecuente vuelta de D.F. Cavallo al PEN. Con el plan de
convertibilidad se reforzó el desmesurado endeudamiento y el
achicamiento de la capacidad industrial.
N.C.Kirchner cimentó su propuesta a
través de un grupo político que absorbió enormes recursos
financieros explotando un esquema de novedosa y potente corrupción.
Los dueños concentrados de la
economía, usando finanzas administradas por el Estado y otras de la
banca pública, nos han aportado un esquema de dominio que puede no
tener reversión. La monopolización asfixió a la pequeña y mediana
empresa.
La democracia se fundamenta en un poder
altamente repartido, de tal modo que nadie alcance posiciones de
mando fuera de la forma en que lo admite nuestra institucionalidad.
Eso ya es historia. El conflicto central de hoy es el grupo
gobernante enfrentado a un multimedio. Todo lo que brota es efecto de
esa pelea. Hasta la cristinización de la Justicia.
Las estructuras de la oposición fueron
desmanteladas por ambos contendientes. Los tiempos electorales urgen
y oscurecen toda posibilidad de cambio.
Nuestro horizonte es desalentador. Una
economía dirigida por los agentes de la producción se encamina al
crecimiento monopólico. El más importante recurso que conduciría a
un equilibrio de poderes reside en la potenciación del papel de los
consumidores. Sea por la cooperativización u otras formas
mutualistas.
Todo un desafío...
sábado, abril 20, 2013
Oposición
Hay un reclamo insistente para que se consolide la oposición al oficialismo. Se pregunta por partidos, dirigencia. Se deplora la inseguridad, la desinstitucionalización, la debacle económica.
Soportamos un modelo de ejercicio del poder que maduró diez años y que se afirma sobre un aparato público unitario (con notable acceso a fuentes de financiación), que está asociado a un esquema económico y usurario que aumenta en concentración monopólica. Hoy, el ejecutivo nacional somete a las autoridades provinciales y refuerza la posición de los grandes capitales (dominantes de la banca, la producción y el comercio).
La inflación, desestimada y desatendida, actúa como una herramienta que apura el sobreengorde de las grandes fortunas y el empobrecimiento masivo popular (para agrandar su dependencia de la ayuda oficial).
Frente a esto, la oposición sigue mostrándose como un álbum de figuritas fáciles ordenadas por los medios de comunicación.
Se demanda presencia partidista y algún horizonte que permita esperar una contra electoral significativa ante el atropello K.
Lo cierto es que el modus imperante no necesita de la arquitectura política histórica: pluripartidismo ladeado por congresos ajenos a toda naturaleza de asamblea y una estructura judicial que, además de ser fuero privilegiado de técnicos en leyes (abogados), no puede superar el marco nacional de factores de presión e intereses.
Lo esencial es discutir las posiciones electorales habiendo construido programas de acción: resolver diagnósticos y elaborar recomendaciones basadas en las pretensiones y pesares de las distintas comunidades de la Nación. Eso es lo sustancial: interpretar las realidades regionales y conformar propuestas que se estructuren en un continente nacional. Cada unidad de propuestas, tejida según sus interesados más representativos de cada geografía, podrá ir a una primaria abierta y componer una lista en base a los resultados dados.
El trabajo es estimulante para las universidades, que cubren ya todo el espectro argentino. Tienen que aumentar su compromiso social, reunir a las facciones significantes y elaborar programas de acuerdo a esas perspectivas particulares.
Los dirigentes irán surgiendo y llenando el espectro de candidaturas.
La condición del País exige el esfuerzo de todos los que están con apetito de sostener banderas de dignidad.
Soportamos un modelo de ejercicio del poder que maduró diez años y que se afirma sobre un aparato público unitario (con notable acceso a fuentes de financiación), que está asociado a un esquema económico y usurario que aumenta en concentración monopólica. Hoy, el ejecutivo nacional somete a las autoridades provinciales y refuerza la posición de los grandes capitales (dominantes de la banca, la producción y el comercio).
La inflación, desestimada y desatendida, actúa como una herramienta que apura el sobreengorde de las grandes fortunas y el empobrecimiento masivo popular (para agrandar su dependencia de la ayuda oficial).
Frente a esto, la oposición sigue mostrándose como un álbum de figuritas fáciles ordenadas por los medios de comunicación.
Se demanda presencia partidista y algún horizonte que permita esperar una contra electoral significativa ante el atropello K.
Lo cierto es que el modus imperante no necesita de la arquitectura política histórica: pluripartidismo ladeado por congresos ajenos a toda naturaleza de asamblea y una estructura judicial que, además de ser fuero privilegiado de técnicos en leyes (abogados), no puede superar el marco nacional de factores de presión e intereses.
Lo esencial es discutir las posiciones electorales habiendo construido programas de acción: resolver diagnósticos y elaborar recomendaciones basadas en las pretensiones y pesares de las distintas comunidades de la Nación. Eso es lo sustancial: interpretar las realidades regionales y conformar propuestas que se estructuren en un continente nacional. Cada unidad de propuestas, tejida según sus interesados más representativos de cada geografía, podrá ir a una primaria abierta y componer una lista en base a los resultados dados.
El trabajo es estimulante para las universidades, que cubren ya todo el espectro argentino. Tienen que aumentar su compromiso social, reunir a las facciones significantes y elaborar programas de acuerdo a esas perspectivas particulares.
Los dirigentes irán surgiendo y llenando el espectro de candidaturas.
La condición del País exige el esfuerzo de todos los que están con apetito de sostener banderas de dignidad.
sábado, abril 13, 2013
La inflación como estrategia perversa
La inflación es el cambio creciente y sostenido del promedio general de los precios.
De acuerdo a la costumbre, se trata de definir el término medio
del valor de todos los bienes apreciables en moneda y dictaminar
inflación cuando ese promedio aumenta con persistencia.
Esa medida tiene efectos sobre los
precios que pasan a formarse: salarios, transporte, alimentos,
vehículos de la producción, vestimenta, etcétera.
Hay hombres de estado que han aprobado un
poquito de inflación como motor del consumo dada la especulación
popular de pagar menos hoy que mañana.
La teoría típica casi no quiere hacer
mención de que la inflación es un mecanismo de continua absorción
de la capacidad de compra de quienes sobreviven con una renta fija
(sueldos, jubilaciones) por parte de los que manejan recursos de
especulación financiera y de las urgencias estatales para solucionar
gastos.
Dejando de lado la naturaleza del tema:
de que es una medida difícil, imprecisa , la inflación sirve
para nada. O, como en el caso actual, es el aprovechar un recurso para achicar a la clase media (dentro de un proceso de concentración de la oferta).
¿Para qué hay que mezclar el total de
los bienes de una economía, asumiendo que son de consumo
generalizado? ¿Cuál será la intención de agruparlos en
desconsideración de que un grupo familiar no usa cosechadoras ni
centrales nucleares, por ejemplo? O que a una petrolera muy poco le
interesa la modificación de precios de las hortalizas.
La democracia se fundamenta en la
justicia social, en la equidad, el pleno empleo (humano y material)
y en la admirable dinámica de generar permanentemente oportunidades
de esa ocupación. No hay objetivo superior de la autoridad que el
que la compromete a promover el uso global, organizado y eficaz de
personas y cosas.
La inflación es una idea estúpida,
estéril y equívoca. Es, mejor, la medida palmaria del fracaso de
los gobernantes. Es decir: cuando se acepta que el propósito loable es sostener la democracia, mantenerse en inflación es degradar la condición de los menos pudientes. Un fracaso político (salvo en los llamados regímenes populistas).
Con un
modelo como el que actualmente distingue a la Argentina, en el cual la
concentración es la prioridad ejecutiva y el poder unitario procura
aceleradamente asociar a los grandes de la producción material y
financiera para reforzar ese camino a la unicidad y el continuismo, la inflación es una poderosa herramienta.
Basta remarcar que las grandes
comercializadoras se proveen con hasta un 60% de descuento sobre los
precios que pagan pequeñas y mediana empresas; o que tienen vías
liberadas para importar lo que necesiten, a diferencia de todas las
restricciones que asfixian al negocio de menudeo.
La escalada de precios se neutraliza con autoridad, márgenes de negociación, credibilidad interna y externa y fortaleza institucional. No es éste el momento.
lunes, febrero 11, 2013
Suecia Chile
Llegó desde el norte sueco. Vive allí desde bebé. Una familia la aceptó cuando la brutalidad golpista aplastó su familia. Tiene todos los rasgos típícos chilenos. Vino sola a Santiago porque Carabineros identificó a su hermano vivo, al que no conocía.
No ocultaba su ansiedad por el encuentro del día siguiente. Ansiosa y con miedo.
Dicen que el abrazo y las lágrimas y los besos conmovieron a todos los testigos. Él se la llevó enseguida para presentarle a su señora y sus hijos.
Esas vivencias de Santiago de este febrero son las propias de un Chile azotado por la desigualdad, la intolerancia. Un país productivo con las permanentes dudas sobre su destino. Una sociedad que debe armonizar las diferencias étnicas y culturales para pretender Paz.
Hoy son muy fuertes los poderes monopólicos que controlan el cobre y las finanzas, el comercio y los medios de comunicación. Y, sin embargo, el Partido Comunista está activo. No obstante, desde el oficialismo se grafica un profundo desprecio por Cuba y Venezuela y devoción por la fuerza de USA.
La gente de Sebastián Piñera Echenique, presidente y avezado empresario (descendiente de mandatarios chilenos), abusa de una actitud competitiva y exitista. Desvirtúan la función: no buscan la armonización social sino la disputa electoral. Hoy están reclamando que la ex Michele Bachelet (inminente candidata) pida perdón públicamente por presuntos errores. Se da lo que deploramos en nosotros, en Ecuador, Venezuela, Cuba: se promueven divisiones que se anteponen a los proyectos comunes. Los porvenires son inciertos y riesgosos.
Chile reparte mal y con escasa asistencia pública. No se entiende que en la historia cercana hubo una propuesta socializadora y la gente tiene memoria.
Y Bachelet puede volver a pesar de la aguerrida postura piñerista.
No ocultaba su ansiedad por el encuentro del día siguiente. Ansiosa y con miedo.
Dicen que el abrazo y las lágrimas y los besos conmovieron a todos los testigos. Él se la llevó enseguida para presentarle a su señora y sus hijos.
Esas vivencias de Santiago de este febrero son las propias de un Chile azotado por la desigualdad, la intolerancia. Un país productivo con las permanentes dudas sobre su destino. Una sociedad que debe armonizar las diferencias étnicas y culturales para pretender Paz.
Hoy son muy fuertes los poderes monopólicos que controlan el cobre y las finanzas, el comercio y los medios de comunicación. Y, sin embargo, el Partido Comunista está activo. No obstante, desde el oficialismo se grafica un profundo desprecio por Cuba y Venezuela y devoción por la fuerza de USA.
La gente de Sebastián Piñera Echenique, presidente y avezado empresario (descendiente de mandatarios chilenos), abusa de una actitud competitiva y exitista. Desvirtúan la función: no buscan la armonización social sino la disputa electoral. Hoy están reclamando que la ex Michele Bachelet (inminente candidata) pida perdón públicamente por presuntos errores. Se da lo que deploramos en nosotros, en Ecuador, Venezuela, Cuba: se promueven divisiones que se anteponen a los proyectos comunes. Los porvenires son inciertos y riesgosos.
Chile reparte mal y con escasa asistencia pública. No se entiende que en la historia cercana hubo una propuesta socializadora y la gente tiene memoria.
Y Bachelet puede volver a pesar de la aguerrida postura piñerista.
viernes, enero 11, 2013
Éstas son las últimas notas que quise mostrar en Facebook. Quedan a consideración.
JUECES
EN CRISIS
La
crisis del sistema de justicia es consecuencia del proceso de
concentración que enferma al mundo. Es muy difícil despegar a los
jueces y subalternos de las presiones de los hacedores de la economía
y el poder. Sobre todo en un contexto País.
Una
alternativa será operar con tribunales internacionales, más
alejados de los caprichos y reclamos propios de un encuadre nacional.
Estaríamos ante otra buena razón para consolidar el Mercosur (o la
Unasur).
Los juzgamientos supranacionales resolverían más dignamente aquellas situaciones como las condenas a muerte decididas por funcionarios que, como en los EEUUA, alcanzan apenas a cuatro años de actuación.
Los juzgamientos supranacionales resolverían más dignamente aquellas situaciones como las condenas a muerte decididas por funcionarios que, como en los EEUUA, alcanzan apenas a cuatro años de actuación.
LOS
QUE SE OPONEN
Es
cierto que las caras de los que se oponen son siempre las mismas:
Lanusse, Garrido, Carrió, Moner Sanz, Bullrich... Ante las quejas de
que no aparecen otros en un momento tan crítico vale pensar que es
consecuencia del manejo interesado de los medios (privados y
gubernamentales): eligen a los que mejor ranquean en el presente.
Si los partidos tuvieran sus propias vías de expresión (aún sin ser de propiedad absoluta) facilitarían el conocer alternativas y dar oportunidad de expresarse a mucha más gente entusiasmada por actuar.
Es lastimoso el papel de la dirigencia. Es como si estuvieran afanosos por salvar sus ventajas particulares antes que cumplir con los objetivos de nobleza y dignidad que impone la Patria.
Si los partidos tuvieran sus propias vías de expresión (aún sin ser de propiedad absoluta) facilitarían el conocer alternativas y dar oportunidad de expresarse a mucha más gente entusiasmada por actuar.
Es lastimoso el papel de la dirigencia. Es como si estuvieran afanosos por salvar sus ventajas particulares antes que cumplir con los objetivos de nobleza y dignidad que impone la Patria.
PRESIDENCIALISMO
Hace
20 años, la reforma constitucional procuró dar más prestigio a la
primera magistratura para consagrar a la presidencia como jefatura de
Estado y representación del todo social- Estableció la jefatura de
gabinete como fusible del sistema.
Una década después, en este proceso de degradación de la Democracia, desde la titularidad del ejecutivo nacional se lucha por encontrar continuamente motivos para la división y el enfrentamiento. Esto desacredita cualquier mérito que quiera arrogarse el gobierno de los K.
Una década después, en este proceso de degradación de la Democracia, desde la titularidad del ejecutivo nacional se lucha por encontrar continuamente motivos para la división y el enfrentamiento. Esto desacredita cualquier mérito que quiera arrogarse el gobierno de los K.
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