2013 se va permitiéndonos ser ante el mundo un ejemplo del enorme desencuentro social de la Humanidad.
La crisis que sufrimos es la patética muestra de la dificilísima armonía cuya insatisfacción nos agobia por doquier.
Argentina enseña el abismo entre sociedad y sistema político y las amarguras de diciembre alertan al orbe sobre las consecuencias de la ineptitud social que enferma al planeta.
El ideal de una nación armónica se diluye cada vez que resurge la imposibilidad de convivir en paz con el poder real. Los monopolios sin bandera despliegan sus intereses por todas las economías y dan forma a los gobiernos generando inequidad, desazón y más corrupción.
La ingeniería política dominante, que le ha obsequiado al ideal democrático un sistema inoperante (disfrazado de federalismo, representatividad y justicia), ha ahogado toda alternativa de progreso.
Presidencialismo, populismo, unitarismo e incapacidad operativa, en un escenario que muestra el fracaso del sistema multipartidista y la consecuente nulidad creativa de programas y dirigencia, nos acercan al derrumbe.
El sistema electoral, el fracaso multipartidista, la inatajable diferencia entre quienes pueden y quienes no tiene que ser debatido y resuelto. Lo de los partidos podría solucionarse en la utilización de las primarias abiertas para definir candidaturas y proyectos, descartando el polipartidismo actual.
Habría que generar una fuerza nacional de seguridad que resuma buena parte del excesivo cuadro que dibujan soldados, marineros, pilotos, gendarmes, prefectos y policías ( y que se llevan buena parte del pobre presupuesto nacional) y que se fundamente en tareas de inteligencia (no estamos pensando en Milani) para prevenir, más que reprimir.
El poder judicial debería abrirse a tribunales internacionales, menos contagiables por los intereses internos.
Y en economía, tendríamos que poder encauzar los ahorros populares hacia metas productivas que aumenten la inversión y el empleo. Hoy, los planes de ahorro de autos absorben mucha de esa posibilidad financiera y lo que hacen principalmente es adelantarle al Tesoro la grosera carga impositiva de esos consumos: obsérvese que en seis o siete años de aportes mensuales, lo que se llenó es el reclamo estatal por el gravamen correspondiente. Aparte, téngase en cuenta la feroz distorsión que provoca la usura en la economía popular.
civismo digital
Notas de interés sociopolítico acerca de los caminos de fortalecimiento de la democracia. Incorporemos la fenomenología del poder a las disciplinas de interés humanista.
martes, diciembre 31, 2013
martes, noviembre 05, 2013
Inflación y estupefacientes
La inflación es una medida estúpida.
Inútil.
Se trata del valor del promedio general
de todos los precios de una economía (propios e importados) en pleno
aumento, sostenido y persistente. Es irrisorio.
Y pensar que se crea todo un mito
social al servicio de la desinformación: ¿cuál es la utilidad de
semejante medida, que mezcla tractores y medias; juguetes y
barcos...?
El único sentido creíble es el de una
pretendida evaluación de la capacidad de gasto del promedio de los
habitantes de una nación. Los precios deberían observarse
sectorialmente y obtener índices para ajustarlos al castigo de su
evolución. Claro que no sirve ni cuando crecen ni cuando bajan
globalmente.
Estamos tocando la cuestión de los
aspectos más serios de una sociedad en la que la economía es el
recurso que debería nivelar condiciones: promover equidades.
Un gobierno con autoridad será el que
ejecute medidas tendientes a alentar la inversión y la reproducción
del empleo. En la realidad vivimos un engaño descomunal con el cual
se nos lleva a admitir como posible la coexistencia de la extrema
pobreza a diez cuadras de centros urbanos, como se muestra en
ciudades de todas las provincias. Y seguimos rezando para que la
Fuerza Superior riegue la solución.
Un aparato público nacional
desmesurado y estéril reclama la mitad de cada peso que gastamos
(para aplicarla en fines normalmente improductivos). Basta entender
que cada familia bahiense que està en situación de poder pagar
impuestos entrega dos mil pesos por mes para sostener a la
administración municipal. Es así. Son tres millones diarios que la
Comuna emplea para llevar a cabo los objetivos que pretende. Los
obtiene de las tasas propias y de lo que le llega coparticipado por
el PEN y la gobernación bonaerense.
La preocupación más honesta de los
economistas debería basarse en el conocimiento de la estructura del
poder real que domina a la sociedad: de sus mandamases internos y de
los de afuera. Saberlo de cada región y de las tierras limítrofes.
Una nación es un conjunto de fuerzas
que en un momento dado origina una resultante, la del poder
circunstancial, respetuoso de de aquel histórico y permanente. El
modelo vigente luce un aparato estatal sobreexcedido y asociado a
determinados vectores que manejan las finanzas, los negocios impuros
y los medios de desinformación. Muy poco podrìa estar encuadrado en
un anhelable proyecto de democracia real.
miércoles, septiembre 11, 2013
Parálisis
Escuchar a uno de los más
experimentados peritos judiciales de la Nación decir que jueces y
fiscales acomodan las pericias de acuerdo al dictamen que procuran
instalar es conmovedor. Y paralizante.
Roberto Locles confiaba a los medios de
prensa que una reciente sentencia en su contra era lo que seguramente
esperaba y que se disponía a apelar ante Casación.
Se trata del caso en que se lo
considera autor de la degradación de una prueba clave en el
asesinato del ferroviario Ferreyra (que le cuesta prisión a la
cúpula de la Unión Ferroviaria y que no podrá llegar más alto muy
probablemente).
Nefasto panorama que pinta un asistente
de la justicia con larga carrera en el medio tribunalicio. El poder
de los jueces ha dejado de ser garantía ciudadana. Lo más
tranquilizador es que deben estar actuando todavía árbitros dignos
dentro de una estructura erróneamente dada al privilegio de un
cuerpo técnico (el de los abogados), que es la única profesión que
permite acceder a un juicio.
Esto significa que ningún argentino
confiable (sea arquitecto, empleado o ama de casa) puede resolver
sobre la conducta de un conciudadano. Bastaría que tenga criterio y
se le aporten los asesores jurídicos que correspondan al mejor logro
de su compromiso. Es obvio.
Un sistema judicial que incorpore
tribunales extranacionales, como podrían ser los del Mercosur,
estaría habilitado para juzgar las causas más graves y alejarlas
del juego de influencias e intereses que podrán fructificar
indeseable o incontrolablemente bajo marcos provinciales o de la
nación.
Punto aparte para el desastroso sistema
carcelario, cuya meta es mantener fuera de la sociedad durante un
tiempo a los presuntamente indeseables. Urge repensar cómo
enderezar la disconducta de los presos y volverlos a la civilidad con
los derechos que corresponden.
sábado, septiembre 07, 2013
Sin GPS
Un gobierno que no se preocupa en
alentar la reproducción del empleo no tiene rumbo.
Empleo engloba la utilización de todos
los recursos habilitados para producir: gente, ahorros, mercados.
Lo concerniente a la gente implica
predisponer al estímulo, la formación y capacitación humana para
fines creativos y técnicos. Nuestra universidad pública es una
bendición y un sustento valiosísimo de la irrenunciable democracia.
Debe defenderse y mejorarse: sin el derroche actual de dar lugar a
alumnos y docentes que no deberían provocar el malgasto social. Por
otro lado, la etapa educativa previa tiene que ser un proceso en el
cual se exalte la individualidad y la potencia de cada chico. No,
como ocurre hasta ahora, que es un discurrir orientado exagerada y
defectuosamente a lo disciplinante.
La capacitación humana debe respetar
las diferencias culturales y propender a la mayor equidad formativa
en todo el territorio nacional.
El tema ahorros (es decir, los consumos
postergados) lleva al examen de las alternativas propuestas desde el
gobierno para asignar esos dineros saliendo de la mediocridad
improductiva de la construcción o la especulación como lo obligado.
La política económica debe afirmarse
sobre la justicia distributiva esgrimiendo correctamente la
estrategia tributaria y anulando la inflación. Tedrá como objetivos
nucleares la inversión reproductiva como resultado de los alicientes
que plantee la autoridad para encaminar los flujos financieros hacia
las metas generativas.
Los mercados simbolizan la oferta y la
demanda en espacios tanto nacionales como internacionales. El
crecimiento productivo requiere un consumo más alto (sea doméstico
o extranjero) y el logro de esos ámbitos es otro propósito
insoslayable de los gobiernos.
En resumen, nuestras autoridades deben
apuntar a la democracia económica neutralizando a los focos de poder
concentrado y apoyando el desarrollo de la clase media (sobre todo de
las PyMe); potenciando la infraestructura necesaria (transporte,
recreación, vivienda, atención de la salud, educación) para que un
eficaz manejo impositivo favorezca el mejor reparto posible de los
frutos.
Cuestión aparte es la ingeniería
institucional (de los tres poderes básicos) que pueda acompañar una
propuesta de progreso. La actual, con el ejecutivo en goce de abusos
desmedidos; el judicial, débil y maniatado, y el legislativo,
excedido en monitores del poder de turno, no nos sirve.
miércoles, agosto 14, 2013
Hacia la República
Hay contradicciones irritantes.
En esta sociedad se premia la
responsabilidad con mayores posibilidades de consumo. Así, un
intendente municipal de Bahía Blanca lleva a su bolsillo
mensualmente unos ochenta y pico mil pesos.
Por otra parte, un jefe de familia que
se desempeñe en la administración comunal y no tenga cargo
alcanzará a siete mil pesos cada treinta días, probablemente.
La misma cantidad si se llega a ver a
un conductor usando su celular (o rascándose ingenuamente una
oreja).
Lo contradictorio resulta ante la
obligación primordial del gobierno, la cual es generar trabajo para
todo el que lo necesite. Es decir, alentar y orientar inversiones que
recreen producción y empleo. Manejar, además, los recursos públicos
con toda la eficacia, austeridad y decencia que cabe reclamar. En
cambio, en lugar de asistir al reparto social más justo posible para
promover una sociedad estable y en paz, reemplaza la imprescindible
faena de educar y persuadir por la aplicación de castigos...y en
moneda!!!.
Cuánto menos significativo es una
multa para el poseedor (legítimo) de un móvil de alta gama que para
el de una modesta motito. La pena en dinero es plenamente injusta.
Deberá sustituirse por una reducción en los derechos, como el
tiempo de habilitación para manejar un vehículo o tratar de llevar
adelante u negocio. Eso es mucho más equitativo.
Hoy, en Bahía Blanca, quien conduce
una moto sin usar caso y con la patente corrida de lugar o difícil
de leer más vale que la dé por perdida. Por el importe de las
multas, obviamente.
La urgencia gubernamental en la
aplicación de parches a los reclamos lleva más fácilmente a la
represión y a la injusticia. Tenemos que corregir el funcionamiento
de los poderes y reivindicar para la sociedad la potestad que las
autoridades y el sistema en vigencia le están confiriendo a los que
más tienen, en desmedro de la libertad y el porvenir.
martes, julio 30, 2013
Monopartidismo
La evolución de la vida política nos
deja con la cruda vista de partidos vacíos. Han perdido entidad por
falta de representación social, de proyección de propuestas y de
formación de dirigentes y militantes.
Una mirada constructiva dejaría ver
que estamos en camino del monopartidismo. O del nulipartidismo. Y no
es para angustiarse.
Las PASO, que volveremos a ejercitar en
pocos días, son un inesperado recurso para vivir otra vez la
democracia ansiada, vilipendiada por los mecanismos electorales. Las
listas sábana, las candidaturas testimoniales, la licuación
partidaria con indiferenciación de banderas, nos fueron acercando a
una alternativa valiosa. Las “internas abiertas”, que podrán
servir para definir elegibles, funcionarían también para ofrecer
propuestas y programas a seleccionar por la ciudadanía.
Sería deseable que el fin del voto
obligatorio acompañe este progreso, para que elijan los que sienten
algún grado de compromiso con nuestro porvenir.
Sea a la altura de las comunas, las
provincias o la nación, esa preelección podrá satisfacer la
ausencia programática de los partidos y reemplazar este “intercambio
de figuritas” que desde hace unos años venimos practicando.
Imaginemos una jornada en la que se
pondrían a juicio proyectos y ejecutores sin distinción de banderas
y movidos, quizá, a resumir criterios para agruparlos en continentes
provinciales y del país.
El camino al partido único, de la mano
de la preelección general, no puede dejar de entusiasmar como
alternativa para respirar la democracia que les debemos a los que
vienen.
viernes, julio 19, 2013
Buenas y Malas
El
código de Tránsito y Transporte bonaerense agrupa normas que están
bien y mal.
Todas
aquéllas que tienden a evitar un daño generalizado o impiden la
actuación de un tercero (incluido el agente público) son las
legítimas. Las que afectan libertades y decisiones del individuo,
son erradas y hasta antidemocráticas.
No
mostrar una chapa patente (que no permite identificar el rodado) es
un ilícito punible.
No
usar casco con una moto es una decisión individual y no cabe que a
través de una norma se pretenda imponer una conducta. La ley existe
para arbitrar, no para prevenir la efectos de una inconducta
individual.
Multar
la falta de seguro es incorrecto: se está forzando un contrato entre
privados procurando que no se caiga en la irresponsabilidad de no
estar cubierto en caso de accidente o daño a tarcero. Lo mismo con
lo referido a la ingesta de alcohol o al no usar el cinturón de
seguridad.
El
estado legisla indebidamente y, muchas veces, desacertadamente. Usar
un celular al manejar encierra un riesgo muy difícil de pronosticar.
El efecto no deseable de esa conducta será responsabilidad de quien
la lleve a cabo.
Otro
caso: se exige cumplir con la verificación técnica (VTV).
Es
de esperar que los propietarios de los vehículos satisfagan año a
año (en la gran mayoría de los casos) ese reclamo cuando se cuenta
con los medios para hacerlo. Sin embargo, en el ejemplo de Bahía
Blanca, ruedan zonalmente bastante más de cien mil unidades (autos,
camiones, motos, acoplados y otros) y las instalaciones existentes
podrían cubrir a lo sumo, en los 12 meses, no más de 23 mil
(trabajando a pleno las tres fosas, las ocho horas diarias, todos los
días hábiles) tardando unos 20 minutos de promedio por revisión.
¿Con qué derecho puede multarse por esa falta?.
Una
licencia de conductor está muy lejos de prevenir que alguien
produzca un daño con su rodado. Es un recurso para recaudar y para
hacer sentir una presión que no escapa a la voluntad disciplinante y
represiva del aparato oficial.
Es
decepcionante que no existan vías ni voluntades de reacción a estos
excesos públicos. Y lo lamentable es que ocurre en todo el mundo
algo parecido.
Somos
sociedades sometidas por el miedo y el vigor del orden. En todos los
ámbitos. Es hora de despertar.
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