lunes, febrero 20, 2006

La hipnosis de la Competencia


Es muy difícil aceptar la estabilidad como fruto de una economía de mercado. O sea, cuando empresarios disputan metas de triunfo, crean el sometimiento de la fuerza laboral promoviendo economías recesivas y concentradas.

Una sociedad marginada a la periferia del capitalismo, sin soberanía, comprometida en un descomunal endeudamiento externo; sin capacidad de generar nuevos empleos (y, quizá, imposibilitada de salvar los que ya existen); con un aparato estatal sobredimensionado, ineficaz; endeudada internamente, no encontrará en las recetas de moda las vías de solución.
Habrá que convocar a la participación popular, enfrentar a los monopolios asociando a los consumidores (extendiendo y profundizando el cooperativismo de compras).

En síntesis: cuando se dice competencia seguramente se quiere decir democracia. Se trata de lograr una economía estable que provea empleos para quienes se agregan al mercado laboral, que sanee el crédito para promover los consumos y facilitar la producción; que cuente con una administración pública ajustada y eficiente.

Para llegar a eso, los argentinos del Mercosur deberemos reconstituirnos como sociedad federalizando el poder (de las provincias a la presidencia nacional), despartidizando (y profesionalizando) los organismos ejecutivos y dándole a los congresos (incluyendo a los provinciales y municipales) el carácter de genuinas asambleas circunstanciales y no de cámaras donde por 4, 6 o 9 años se negocian prebendas y favores.