Los ruralistas, a la expectativa de ver qué funcionario o candidato será visitante, exhiben logros de la biotecnología expresados en lanas, cueros y carnes para grandes negocios. La atracción está muy bien promovida y, dejando de lado proselitismos y juegos electorales e ideológicos que se dan siempre, enrogullece el fruto de inversores, técnicos y trabajadores digno del primer mundo.
Por otro lado, el PEN convoca a Tecnópolis para favorecer la visión de los horizontes del futuro.
En lo económico se proyecta un cuadro de empresas líderes de inversores extranjeros (bancos, obviamente) completado por otras de negocios financieros (mayormente dirigidas desde el exterior) y un tercer sector asociado, dedicado principalmente a servicios de base (transportes, principalmente) apropiado por los jefes sindicales ligados al PEN.
Tecnópolis deja ver un propósito educativo de agentes privados lucrantes (subsidiados por el Estado), religiosos (subsidiados, también) y públicos (con enorme derroche de recursos al sostener ingresos irrestrictos y un desajuste notorio entre títulos producidos y los reales reclamos del sector de la producción). Se cumplirá con el otorgamiento de una netbook por alumno sin descuidar a los educandos de la máxima pobreza (los marginados del noroeste, noreste, centro, oeste y granbonaerense).
El futuro procurará consolidar la táctica oficial de lidiar con los rivales más pesados (para dar imagen de un aparente poder propio) y un Ejecutivo nacional que seguirá sin entender que la función debe responder a la sociedad toda y no sólo a los adeptos.
Da pena sufrir tanto desprecio oficial por lo que signifique unidad, armonía, estímulo creativo, racionalidad administrativa e insoslayable seguridad .