domingo, julio 10, 2011

Predicciones

¿Cuántos individuos que buscan ocupar cargos en los que se decidirá lo que suceda en nuestros países pueden explicar su visión del mundo, del futuro y de los impactos para su país? Habiendo andado bastante por América, mi impresión es que la mayoría, no.

Como no estamos viviendo una época de estabilidad mundial, como el nuevo orden internacional nunca llegó desde la caída del Muro, porque estamos en procesos de redefinición de las relaciones mundiales, ese desconocimiento resulta especialmente grave.

Las modificaciones del sistema mundial son objeto de análisis por parte de importantes especialistas en estas materias. Amartya Sen, Premio Nobel de Economía en 1998, escribió hace unos días en The Guardian: “Europa ha llevado al mundo la práctica de la democracia. Por lo tanto, es preocupante que los peligros actuales para la gobernabilidad democrática, que entraron por la puerta trasera de la prioridad financiera, no reciban la atención que deberían. Hay cuestiones profundas que hay que afrontar sobre cómo la gobernabilidad democrática de Europa podría verse socavada por el papel inmenso de las instituciones financieras y las calificadoras de riesgo, que actúan libremente como amos en el terreno político europeo. (…) Detener la marginación de la tradición democrática europea tiene una urgencia que nunca será exagerada. La democracia europea es importante para Europa y para el mundo”.

Tratar de describir el funcionamiento de las calificadoras de riesgo, su poder, sus vínculos y sus consecuencias para las sociedades occidentales es no poder dejar de imaginar el pulgar del César decidiendo la vida o la muerte. Antes, fuimos los argentinos. Ahora, el pulgar parece decidir la sobrevida nada menos que de la democracia europea y de su integración.

Casi al mismo tiempo que se publicó el artículo de Sen, Henry Kissinger (otro Nobel) participaba en China de un seminario. Hizo una presentación de su actual visión del mundo y del país anfitrión. Dijo en esa reunión: “Después de las guerras napoleónicas, el Reino Unido emergió como el mayor poder mundial por más de un siglo. Pero hacia 1947, Ernest Bevin, ministro de Relaciones Exteriores británico, se sintió obligado a decir a su contraparte estadounidense que, como el mayor acreedor, Estados Unidos debía tomar el liderazgo en la construcción del nuevo orden mundial. (…) Así sucedió por el resto del siglo veinte. (…) Como el mayor acreedor mundial, China está hoy donde Estados Unidos estaba en 1947, en el vértice del próximo orden mundial”.






Kissinger es un especialista en China y Sen, un economista que entiende la política. Sus anuncios son mayores, hablan de cambios fundamentales en el mundo.Habrá países que les den a esos cambios la dimensión que efectivamente tendrán y otros que los ignorarán. Los unos y los otros estarán decidiendo sobre sus destinos nacionales y sobre las condiciones de vida de sus pueblos.

Este texto de Dante Caputo fue publicado en "Perfil" (con algunas abreviaturas nuestras).