Notas de interés sociopolítico acerca de los caminos de fortalecimiento de la democracia. Incorporemos la fenomenología del poder a las disciplinas de interés humanista.
domingo, diciembre 23, 2007
martes, diciembre 18, 2007
Ahora, los bosques dejan ver los árboles
Día a día la Argentina está perdiendo sus bosques y buena parte de la culpa la tiene el festejado boom de la soja. ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Todo. En los últimos veinte años la producción de soja pasó de 2 a 14 millones de hectáreas y no hace falta mucha sagacidad para relacionar esa ganancia territorial con la pérdida de bosques nativos. Comparten la culpa empresarios y grupos económicos –que no dudan en arrasar centenares de kilómetros cuadrados de selvas y montes en pos del beneficio económico– y autoridades provinciales que permiten o desconocen o sencillamente sacan provecho de la situación.
Según los datos preliminares del informe Monitoreo de Bosque Nativo, presentado recientemente por la Dirección de Bosques, dependiente de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en el período 2002-2006 la sumatoria de la superficie deforestada solamente en las provincias de Chaco, Córdoba, Formosa, Salta, Santa Fe y Santiago del Estero fue de 1.200.000 hectáreas, contra las 782.000 correspondientes al período 1998-2002. Es decir, la deforestación en dichas zonas –en solo cuatro años– se incrementó aproximadamente un 42%, y la tasa anual de deforestación, un 35%.
Según datos de esa Secretaría, entre 1998 y 2002 las hectáreas de bosque nativo que se perdieron fueron 800.000, pero en los cuatro años siguientes la situación se agravó y la cifra se elevó a 1.100.000 de hectáreas.
Los bosques son el principal sustento de la biodiversidad y del equilibrio ecológico, tienen injerencia en el clima y las variaciones del tiempo, además de evitar la erosión de las cuencas hidrográficas y, consecuentemente, las inundaciones, léase Santa Fe, 2003 o Tartagal, 2006. Para las comunidades rurales son una fuente importantísima de recursos, que las provee de alimentos, madera, arbustos, plantas medicinales, forrajes, fertilizantes y fibras. Además de otros productos naturales con los que muchas personas fabrican artesanías con las que se ganan la vida.
En términos técnicos la deforestación podría definirse como la pérdida de masa forestal. Pérdida que está encuadrada por actividades que incluyen la tala –a veces en forma indiscriminada, a veces controlada–, y el desmonte: una manera de limpiar el terreno arrasando no solo con los árboles del lugar sino también con la flora, la fauna y de paso con las comunidades campesinas que habitan en el lugar, sin que esto sea una figura retórica.
Miguel Pellerano, subsecretario de Planificación y Política Ambiental de la Secretaría de Ambiente, bajo cuya órbita está la Dirección de Bosques, afirma: “Se desmonta principalmente para plantar soja, pero pueden ser otros cultivos. Y se quema porque es la forma más rápida de limpiar la zona. Eso produce peores resultados. Por un lado, en un momento en que todo el mundo está preocupado por el cambio climático, todo ese dióxido de carbono que estaba capturado en el monte se está mandando a la atmósfera. Y por otro se está cocinando el suelo; al cabo de un tiempo no sirve para nada”. Pero no son los únicos factores perjudiciales. Según Pellerano, “en muchos casos las quemas devienen en incendios forestales. O a veces los incendios son intencionales para después hacer negocios con la tierra”.
Claro que la deforestación no es una situación nueva para la humanidad. En los tres últimos siglos el promedio mundial fue de 6.000.000 de hectáreas anuales, concentrándose en el hemisferio Norte durante los siglos XVIII y XIX y trasladándose al sur –en especial a Sudamérica– durante el siglo XX. De la producción maderera como objeto principal de la deforestación se pasó a la producción agrícola y ganadera. En buena medida la producción a gran escala de alimentos a nivel mundial característica de la pujanza de la segunda mitad del siglo XX, se llevó a cabo a costa de centenares de millones de hectáreas de bosques nativos, ya que gran parte de superficies cubiertas antes con árboles de todas las especies se destinó a actividades agrícolas, las cuales raras veces beneficiaron a la población en general sino, por el contrario, solo a minorías con dinero suficiente como para adquirir grandes extensiones de tierras.
“Muchas veces se vende tierra a gente que no tiene ni idea de cómo plantar, que nunca lo ha hecho en su vida –cuenta Pellerano–. No es que sean buenos productores agrícolas sino que hay un circuito inmobiliario que sabe que en este momento un pedazo de monte se compra por dos mangos o hay tierra fiscal muy barata. De alguna manera la titulan, desmontan y te la venden con la promesa de que con la soja te vas a hacer rico en un par de años. La realidad –dice el funcionario– es que mucho de ese terreno es marginal, no soporta varias cosechas. En muchos casos, gran parte de la tierra que se ha perdido, como en algunos lugares del Chaco, termina siendo una zona desertificada”.
martes, diciembre 11, 2007
Guatemala distingue a Cuba en derechos humanos
La Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo en Materia de Derechos Humanos (COPREDEH)de Guatemala otorgó el Premio Nacional en Derechos Humanos "Padre Manolo Maquieira" a la brigada médica cubana actuante en su territorio.
La actividad fue liderada por el Presidente de la República Oscar Berger y representantes de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala.
El Premio se instituyó este año.
La Brigada médica de Cuba está en tierras de Rigoberta Menchú desde hace nueve años. Trescientos sesenta facultativos cubanos participan en ese propósito.
Otras tres instituciones recibieron igual distinción: la Fundación Sobrevivientes, el Grupo Ceiba y la periodista Marina Coronado.
En el acto en que el Ejecutivo isleño destacó el galardón, en La Habana, el canciller Felipe Pérez Roque afirmó que se testimoniará el compromiso con los derechos humanos con la firma de dos acuerdos internacionales ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
"Es la decisión política adoptada por Cuba y que informamos hoy (ayer), Día Mundial de los Derechos Humanos, porque se conmemoran 59 años de que la Asamblea General de Naciones Unidas proclamara la Declaración Universal de Derechos Humanos", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores. La firma se llevará a cabo en el primer semestre de 2008.
Óscar José Rafael Berger Perdomo
Con un ambicioso programa de reformas políticas, económicas y sociales y el respaldo explícito de los dueños del campo y los empresarios, Berger se proclamó presidente electo de la República de Guatemala en 2003. Había encabezado una coalición de fuerzas que diseñó a su medida.
Tomó posesión para un mandato cuatrienal prometiendo un trabajo continuado para fortalecer las instituciones del estado de Derecho y luchar contra la impunidad de los corruptos y los violentos.
En octubre de 2005, Guatemala sufrió uno de los peores desastres naturales de su historia. El paso por Centroamérica del huracán Stan. Tal fue el grado de destrucción que Berger declaró el “estado de calamidad pública”.
Berger Perdomo entregará la banda presidencial el 14 de enero próximo a su sucesor, el ingeniero Alvaro Colom, de la Unidad de la Esperanza (UNE), de plataforma inclinadamente humanista y que ya fuera su oponente en el comicio anterior.
domingo, diciembre 09, 2007
A propósito del Mundo
Fernando José del Corro, historiador, periodista y docente de la UBA, nos señaló: Leyendo lo del 18 de noviembre ("MunDiccionario")te hago un par de comentarios. No existió ningún imperio griego, salvo el tardío y efímero de Alejandro, que fue macedónico y muy influído culturalmente por los persas. El mundo griego clásico era de ciudades estados, independientes, al punto de que guerreaban entre sí, como en las largas guerras del Peloponeso. En todo caso, Atenas quiso un imperio comercial contra el que se revelaron Tebas, Corinto y Esparta, con lo que concluyó el predominio ateniense (que duró, más o menos, entre -480 y -427).
Además: no me gusta la palabra multinacionales en el sentido que se aplica. Se debiera usar transnacionales, porque son empresas que atraviesan las naciones. Multinacionales no es nada malo. Por ejemplo, Yacyretá es un proyecto binacional, como Itaipú.
Si los militares de la revolución argentina hubiesen sido menos necios, la propuesta de Brasil de hacer Corumba era un proyecto multinacional de Bolivia, Brasil y al que podía sumarse Paraguay (y, por ahí, algún otro). Hubiese sido una gran iniciativa multinacional. La gran empresa que se está desarrollando entre China y varios países de Europa para generar energía por fusión nuclear (proyecto de Karl Raichter) es un emprendimiento multinacional. No es malo.
Finalmente, un breve comentario. La globalizacion no es nueva. El mundo único es visto así desde muy antiguo. Sargón de Akad ya lo vio así hace 4500 años. Pero, con más precisión, Polibio de Megalópolis dijo que tras la victoria de Roma sobre Cartago se había terminado para siempre el mundo bipolar y se iba a perpetuar un mundo único, sin barreras comerciales y todo lo demás. Es muy interesante.
sábado, diciembre 08, 2007
De Evita a Cristina
Libro de lectura (de 1º Inferior) utilizado en 1953, 54 y parte del 55.
(Este editor lo sufrió, también).
Valga como recomendación para los proyectos y pretensiones de quien asumirá en horas más la mayor representación nacional.
(No sabemos aún si existe relación de parentesco entre la autora y el genocida)
lunes, diciembre 03, 2007
COMUNIDAD E IMPERIO
A partir del individuo se concibe la persona: es decir, la unidad humana en sociedad. Se es persona cuando de lo individual surge la relación con otro humano.
Comunidad es la calidad de común que tienen las relaciones humanas. O sea, dos o más personas vinculadas en un momento por intereses compartidos.
Las comunidades que en nuestro idioma se reconocen como familia, ciudadanía, religión, nacionalidad, hinchada, son algunos de los ejemplos.
Las comunidades son las células del tejido social.
Todo reconocimiento de nuestra realidad debe respetar ese concepto.
Interpretar aconteceres locales o mundiales, presentes o históricos es un ejercicio que necesita de esa entidad.
Cuando vulgarmente se recurre a expresiones como “los norteamericanos invadirán Irán” se deberá decir: “la comunidad que ejerce el poder y determina básicamente la política estadounidense proyecta invadir Irán”.
Existe un orden mundial de comunidades sobre el que se estructura la humanidad. Se da una jerarquización correlativa al número de componentes comunitarios. Un credo religioso, el apasionamiento por un artista o un atleta de renombre internacional pueden constituir comunidades de gran extensión.
Una misma población genera comunidades en ordenamientos verticales y horizontales.
Como se indicó, comunidad significa interrelación de intereses humanos dada en un momento determinado (y que puede perdurar o no) y que coexiste con otras comunidades en expresión de diferentes móviles: armonía, beligerancia; dominación, sometimiento; temporariedad o perpetuidad, etcétera.
Toda curiosidad orientada a lo social deberá reconocer ese atributo de comunidad para no caer en la vulgaridad de generalizaciones que estorban o anulan la inteligencia correcta.
En nosostros, cada vez que se refresca una característica de los bahienses se está generalizando un atributo del sector que predomina en esa manifestación señalada. “Los bahienses son cerrados”, por ejemplo, haciendo referencia a una probable forma de ser de la gente de la comunidad más relacionada con lo foráneo.
Cuando Steven Spielberg, en “Munich”, sorprende denunciando que un sector del poder israelí se impuso sustentar la existencia del estado en la fuerza, señala a una porción de la sociedad israelí que presuntamente alienta la predisposición bélica por encima de aquellas comunidades que pregonan una coexistencia pacífica.
Algo parecido se da con la voluntad imperial del gobierno de G.W. Bush, al cual se pudo llegar a acusar de autoatentar (en relación al fatídico 11 de setiembre neoyorquino) para promover la acción armada contra los oponentes árabes.
En general, las estrategias de concertación política significan promover un acuerdo entre las comunidades en pos de una unidad superior.
Toda vez que se pretende originar una comunidad más elevada se arriesga en la debilidad democrática porque se desalienta la participación. Los mecanismos de la representatividad se asientan sobre comunidades progresivamente deshumanizadas. Con ello se intenta afirmar modos de dominación y sometimiento.
La comunidad terrateniente, aliada a la religiosa, a la industrial, la gremial, han dado pie en la historia nacional a las alternativas de dominación perdurable o a los ajustes de estado toda vez que encontraron obstaculizada o restringida su capacidad de mando.
Un proyecto de repoblamiento como el de la Fundación Argentina Siglo XXI (década de los 1980) estableciendo ocho ciudades modelo repartidas en todo el territorio, igualadas en posibilidades culturales, industriales, agrarias, etc., ha tenido en cuenta el concepto de comunidades desde una perspectiva de recomposición y progreso nacional.
Es similar el caso del modelo corporativo peronista de los 50 y los 70, fundado en la institucionalización de todas las comunidades políticas argentinas (la sindical, especialmente).
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