sábado, octubre 20, 2012

Lo inaccesible

Cuando el Estado niega la inseguridad reinante es porque no puede dar respuesta al reclamo social.
Es cierto que hay buenos y malos policías; que hay buenos y malos entre ricos y pobres; que hay buenos y malos jueces. Y también, funcionarios.
Pero lo que no hay es una política dirigida a la seguridad. En eso falla el Estado: no ha sabido o podido desplegar un cuerpo de metas y estrategias para paliar el miedo de unos y la perversidad de otros.
Si el Estado aumenta desmesuradamente las multas de tránsito en prevención de accidentes (casco de motociclistas, celulares al manejar, por ejemplo) es porque no entiende cómo persuadir para crear conciencia.
El Estado es incompetente. Ineficaz. Es demasiado grande y caro para los logros que pueda acreditarse. Para colmo, la inmadurez política nos lleva a jugar el campeonato de las elecciones. Se crean (cada vez bastante menos) figuritas capaces de atraer a las urnas. No hay actividad ni predisposición cierta a sostener escuelas políticas, como deberían serlo los partidos.
Es más: el gobierno despliega un populismo basado en el ilusionismo a través del control mayoritario de los medios de difusión y la gente vota preferentemente por una imagen de autoridad, mérito insoslayable e incumplible.
Tenemos que proponer y debatir estrategias sociales destinadas a diluir la exclusión y la marginación. Que no se afirmen las mafias en base al comercio de la droga y a la corrupción estatal.



Colombia está haciendo lo emulable en ese sentido. Claro que es posible.
Habrá que reclamarles a las universidades que actúen en serio y hagan fructificar los cuantiosos presupuestos que la sociedad les provee impensadamente. Deben diagnosticar nuestra realidad y lanzar proyectos de progreso comunitario.
Ese Estado inepto que sufrimos malversa los recursos en un desorden de fuerzas de seguridad absolutamente distorsionadas en cuanto a hipótesis creíbles para su razón actual de ser.
No podemos dejar de entender que este País tan extenso y mal poblado es muy caro: hay que solucionar necesidades básicas de poblaciones largamente dispersas y bajo una acuciante inequidad.
Las soluciones son urgentes. Las herramientas, ¿accesibles?.