viernes, octubre 01, 2010

Nación K

Lo de Ecuador golpea conciencias y despierta miedos. Honduras, Venezuela, Colombia han sido escenarios de aprietes e impactos. Nada se muestra seguro en materia de estabilidad institucional en el Sur.
Sin dudas, la iniciativa de los K de apoyarse en la reinstalación de los juicios a represores ha tomado un camino desacertado. Debería, quizá, haberse optado por una estrategia común a Sudamérica. O sea, crear un marco que ayude a sofocar rebeldías puntuales.
El afán de los K de afirmarse en el territorio nacional impulsó las tácticas económicas y financieras y las alianzas respectivas en pos de consolidar el poder unitario que nos asfixia. Ni la presidencia del UnaSuro la del reciente Grupo de los 77 parecen opciones imaginadas para asegurar un marco continental a la suerte de nuestros países. Ningún cable conocido emite señal venezolana o cubana, habladas en español, obviamente. Hay condicionantes externos que marcan la dependencia de cada país al imperio. Los K se anuncian como gladiadores contra el "monopolio mediático". Están obviando las exigencias de los dueños de las finanzas internacionales, que están por encima de los monopolios criollos. Respetan ocultamente el destino brasileño de ser la reserva imperial elegida.
Habría que trabajar profundamente una conciencia sudamericana (o mercosuriana). Será valiosa para enderezar y comprometer nuestras instituciones en pos de la anhelada democracia.