Notas de interés sociopolítico acerca de los caminos de fortalecimiento de la democracia. Incorporemos la fenomenología del poder a las disciplinas de interés humanista.
miércoles, febrero 27, 2008
Oro y Plata
El 24 de febrero se publicó un Especial de Clarín dedicado a los 50 años de la elección de Arturo Frondizi. Rodolfo H. Terragno escribió explicando la política petrolera de entonces.
Este 2008 marcará, por otra parte, los 25 del otorgamiento de la presidencia a Raúl. R. Alfonsín, quien también es apuntado por RHT en su participación. El texto señala:
El modelo frondicista (participación privada, pero bajo dirección estatal) volvió a tener vigencia con la llegada de Raúl Alfonsín al poder.
En 1985, él lanzó el Plan Houston, que permitió la exploración intensiva de 185 áreas.
Dos años después, me confió el Ministerio de Obras y Servicios Públicos, del cual dependían la Secretaría de Energía e YPF. Hacía falta, todavía, multiplicar la producción. La Argentina no dejaba de importar petróleo.
En 1988 formé –con el decidido aval del Presidente-- cientos de uniones transitoria de empresas. YPF tenía la mayoría, y decidía dónde operar; pero los socios privados aportaban el capital de riesgo y la tecnología. El plan, ejecutado por Horacio Losoviz y Daniel Montamat, tuvo resultados óptimos: en 10 meses, las inversiones aprobadas sumaron US$350 millones. Pese a la crisis económica nacional, YPF no tuvo déficit y el país alcanzó un récord histórico de producción. Volvió, así, el autoabastecimiento.
Se había probado, una vez más, la tesis de Frondizi: no podíamos prescindir del capital privado, ni confiar en la libre empresa.
Sin embargo, en la década del 90, Menem decidió privatizar YPF. Kirchner –entonces titular de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI)-- presionó a senadores y diputados de las provincias petroleras para que aprobasen semejante privatización (Clarín, 23.9.1992).
Entre 1993 y 1999, YPF fue traspasada a Repsol: una petrolera sin petróleo que, en su país, se dedicaba a refinar crudo importado. El precio total fue de US$ 15.168 millones de dólares. Con ese dinero, hoy Repsol no podría comprar ni 152 millones de barriles. En cambio tiene, entre petróleo y gas, 3.646 millones: 24 veces más. Todo gracias a los negocios que YPF le permitió hacer en diversas partes del mundo.
La Argentina, mientras, importa gas; y a corto plazo podría ser, otra vez, importadora neta de petróleo. Es la multa que paga por no haber mantenido, constante, el rumbo que marcó Frondizi.