martes, agosto 29, 2006

El tributo que nunca rendimos

El compositor argentino Mario Davidovsky, considerado el padre de la música electrónica, nació en Médanos (a 50 km de Bahía Blanca).
Es uno de los diez compositores vivos más importantes del mundo. Ha declarado que para él la música nunca fue una profesión, sino “una religión, por sus implicaciones filosóficas, éticas y personales”.
Davidovsky empezó a trabajar con la música electrónica a finales de los años 50, sin apenas tecnología, y desarrolló su carrera entre Buenos Aires y Nueva York. Es creador de nada menos que el sintetizador.
En el año 1971 ganó el Premio Pulitzer de la Música por “Synchroniysms No.6”. Palabras de elogio para su música electrónica han marcado que “en él es algo orgánico, no una sucesión de malabarismos ni de efectos especiales”. Davidovsky ha ejercido la docencia en el Instituto Di Tella de Buenos Aires, y en las universidades estadounidenses de Columbia y Harvard.
Es hijo de Daniel, maestro de escuela. Hizo su secundario en el Nacional de Buenos Aires y, con la mochila de la música, que lo acompañó desde sus 13, se dedicó a la matemática.
Tras recibirse fue invitado a radicarse en Nueva York, donde afirmó su proyección inigualable.
Es un hombre de gran cordialidad y sencillez. Recuerda permanentemente a Moisés Luis Tcherbbis, su compañero de banco del Nacional. Este médico jubilado propuso al entonces intendente Jorge Simoni que se declarara a Davidovsky "ciudadano ilustre" de su ciudad natal. El HCD desautorizó la erogación.
Civismo Digital se compromete a reclamar ante Juan Pedro Tunessi (nativo de esos pagos) para que este homenaje se pueda llevar a cabo