Hoy día es común criticar al Sr. K porque su principal objetivo es la suma y acumulación de más poder. Críticas injustificadas porque así como un ciudadano cualquiera tiene derecho a acumular dinero, películas en DVD, boletos capicúa o minas, al Sr. K le gusta acumular poder. Son gustos.
Y si hay algo que a cualquiera que le guste acumular poder no le gusta, es que otros vengan a criticárselo. Se ponen como locos. Por eso el Sr. K se siente molesto y ha enviado a sus dos mastines mejor entrenados, Alberto Fernández y Cristina de K, para que salieran a comerse a los chicos crudos. Y como están entrenados, estos dos van al frente y se comen los chicos crudos... y a los grandes también.
Sin embargo, yo estoy de acuerdo con el Sr. K. Un presidente laburador como él, que está todo el día al pie del cañón (apuntándonos, dicen algunos con mala leche...) que no juega al tenis ni al golf, que no duerme la siesta, que casi no sale de vacaciones, no puede estar esperando, si necesita una ley, a que el Congreso se reúna, logre el quórum, discutan varios días, negocien y lleguen a un acuerdo donde siempre algo hay que ceder, si puede obtener lo mismo utilizando un Decreto de Necesidad y Urgencia que es un recurso que la Constitución se lo ofrece a sola firma y sin intereses. Si tiene que esperar años para sancionar una ley, se le hace difícil gobernar en tiempo real, como se necesita en la era del chat.
Si él piensa que ha dejado de ser un modesto pingüino patagónico para ser un superpingüino patagónico, desfacedor de entuertos, amigo de los buenos y enemigo de los malos, es evidente que como superhéroe necesita tener algún superpoder. El no podrá ver a través de las paredes (aunque según algunos sí puede escuchar) y no podrá saltar como Spiderman (aunque sí puede hacer saltar a los otros), pero sí podrá ordenar una modificación en el Presupuesto para arreglar algún bolonqui, o lograr alguna ley que le permita hacer lo que se le cante. Pero claro, la gente es mala y comenta y el tipo se vuelve a poner como loco. Y esta vez son los periodistas, no todos sino los que son malos y comentan, los que se tienen que bancar la ira de Súper K.
Personalmente creo que el Sr. K tiene razón. Gobernar ya es bastante difícil como para que además haya que aguantar críticas desde los medios por cualquier ñoñería. Además, perseguir a alguien que ya de por sí, sin que nadie lo persiga, siente que todos lo persiguen, es tener ganas de joder, nada más. Y ahí sí, o usa de sus propios superpoderes o tiene que llamar a Superman. No tiene otra.
S.Varela es columnista de "Acción" (IMFC) y fue libretista de "Tato" Bores.