Argentina tiene tantos Premios Nobel como el resto de Sudamérica. Nuestros embajadores más distinguidos son celebridades de altísima popularidad: DA Maradona, E Ginobili, JM Fangio, G Vilas, etc.
Muchachos nuestros se consagraron casi simultáneamente campeones olímpícos de básquetbol y fútbol. Dos copas acreditan que fuimos los mejores futbolistas del globo en 1978 y 1986.
Y hasta esta economía argentina, cada vez más injusta en el reparto de los frutos, originó tanta confianza que pudimos endeudarnos en 200 mil millones dólares. O sea, que cada familia argentina le debe unos 60 mil pesos al resto del mundo (en promedio, claro).
Y, sin embargo, el intendente de una de las ciudades más importantes intentó parar una huelga ofreciendo 30 euros más por mes a cada empleado municipal. ¡¿Cómo podrán entender en cualquier otro lugar de la Tierra que en semejante Nación un jefe comunal es capaz de emitir una propuesta así?!
Suena ridículo y ofensivo. Es una falta grosera a la dignidad popular.
Por qué, mejor, el médico Rodolfo Lopes, responsable de una Ciudad excepcional, con una geografía riquísima, portal del sur del Mundo, no se pone a trabajar para darse cuenta qué presupuesto maneja y para qué. Que Bahía tiene los costos más altos en salud pública porque no puede resolver la coexistencia de dos hospitales regionales; que mantiene terminales de aviones y omnibus para hacerle el negocio a las empresas que los explotan. Que le paga 170 pesos mensuales a jóvenes que trabajan en disfrazadas pasantías. Y que se pelea con los sindicalistas municipales tratándolos de antidemocráticos y ventajeros (a pesar de que le hacen vista gorda al sistema de becas y pasantías).
Fue tiempo de juzgar si nuestro intendente sabe valorar la responsabilidad que se le adjudicó por cuatro años. El 23 de octubre pasado midió la magia de clientelismo, amiguismo y dádivas. El sufragio planchó al partido justicialista y legitimó el sendero elegido por el ejecutivo municipal. Paralelmente, afirmó la candidatura del reemplazo: la del diputado bonaerense Juan Pedro Tunessi.
La actualidad política bahiense es un escenario dominado por figuras actorales. Está vacío de contenidos partidarios. Alguna lista vecinalista (adherida a una figurita promovida en los medios de comunicación) se agrega a un roto justicialismo y a una paralizada UCR.
Quedan dos años para replantear identidades y metas políticas reactivando convocatorias. Que sea con los partidos tradicionales, o no. Pero que ocurra desde abajo, llamando, participando, politizando. Y, por favor, rápido. La democracia argentina se debilita cada día más.