El “brujo”, de
enorme influencia sobre el matrimonio Perón, desencadenó el combate
antiterrorista propiciando la triple a y la escalada nazi dirigida por
mercenarios europeos. Su dominio llevó a la execrable gestión militar de aquel
proceso arrancado en el 76.
AntiHerminio porque
su escudo gremalista (como sindicalista y empresario) trató de violentar el
camino pacífico de los 80 hacia la democracia. Perdió (en las urnas): la gente
pedía otra cosa.
La CGT bloqueó la
democracia con catorce paros generales durante el mandato de Raúl R. Alfonsín.
La central es baluarte electoral del peronismo. Fue y será.
Soy contra de Menem
porque no dudó en instalar el modelo reclamado por el imperio: de entrada dio
el ministerio de economí a Bunge & Born. Aceptó a Cavallo, quien, merced a
su plan de convertibilidad, promovió la postergación industrial y nos endeudó
hasta el colmo.
Antikirchnerista
porque el santacruceño erigió una estructura de poder sobre riquezas sin santidad. Avasalló a las provincias y les
impuso un regimen de dependencia lubricado por chequeras ministeriales. Cimentó en Argentina
un modelo populista florecido en la prebenda, los amigos y el clientelismo.
Eligió rivales de peso para borrar el rol de los partidos de la presunta
oposición. Se adueñó de la mayoría de los medios de comunicación para hartar a
los de la contra y endulzar a sus seguidores. Montó un festivo escenario sudamericanista
para legitimar su proyecto y se asoció a pocos y muy ricos grupos de domicilio
nacional (bancos, sobre todo) para apropiarse del esquema productivo.
Su viuda aumentó la
cerrazón que ayuda a sólo escucharla, sin diálogo posible. Agrandó la
dependencia de los gobernadores, acicateó los enfrentamientos planteados por su
marido y le dio a un secretario con gran vocación de lucha (por la agresión en
sí) el dominio de la economía. El desbalance empujado por la fuga de dólares
(cuando en el resto del mundo los financistas se desvelan por oportunidades en
las que volcar su inmensa liquidez) obligó a cerrar la economía e imponer el
cambio fijo de divisas, el bloqueo de las importaciones (fueren lo que fueren)
y un sensible parate de la producción y el consumo.
No sé qué vendrá
después de esto. El daño que le hicieron los “peronistas” a la sociedad es de
muy difícil reparación.