jueves, junio 02, 2011

El Secesionismo en nuestra América


La política secesionista es una vieja herramienta usada por Estados Unidos en los casos en que le convino más desmembrar Estados que invadirlos..
En esto de secesionar para anexar, lo hizo con la isla de Hawai en 1898, originalmente un reino tribal independiente. Su principal interés allí obedecía a su política geoestratégica de expansión hacia el Pacífico, para lo cual asentó bases militares, entre ellas la conocida de Pearl Harbor, a cambio del acceso privilegiado de Hawai al mercado azucarero de EE.UU. Posteriormente, un grupo de importantes capitalistas isleños dio un golpe de Estado, apoyado por los infantes de marina del USS Boston, anclado en el puerto de Honolulu, proclamando una república provisional “hasta que las condiciones de la unión a Estados Unidos hayan sido negociadas”. En 1898 Hawai es anexada a los EE.UU. como un nuevo territorio, y mediante un plebiscito en 1959 –61 años después- se convierte en el Estado nº 50 de la Unión.
Estados Unidos se “engulló” también a Puerto Rico como “territorio” primero cuando se desmembró de España en el mismo año, y finalmente como “Estado Libre Asociado”; y lo intentó también con Cuba, al calor de las luchas independentistas de ambas islas. En estas islas también asentó sus bases militares. En el caso de Cuba, no por medio de la anexión sino gracias a la Enmienda Platt, que le permitió introducir un “apéndice” en la Constitución cubana, cuyo artículo VII dice: “Que para poner en condiciones a los EE.UU. de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el gobierno de Cuba venderá o arrendará a los EE.UU. las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos
puntos determinados que se convendrán con el Presidente de los EE.UU.” Así se apropiaron de la hoy tristemente célebre base de Guantánamo.
En 1903, Estados Unidos alentó el movimiento separatista de Panamá, logrando que ese Estado perteneciente a Colombia se transformara en República independiente. El objetivo en este caso era poder controlar al pequeño país naciente para dominar la construcción del canal que ya se proyectaba y, posteriormente, detentar su control militar y económico.
Durante el siglo XX Estados Unidos apoyó y promovió, con suerte diversa, movimientos secesionistas en diversos países de nuestra América; algunos de los cuales persisten en el presente. Tal es el intento de formar la República de Airrecú en la zona fronteriza entre Nicaragua y Costa Rica, zona elegida para la construcción posible de un segundo canal interoceánico; intentos independentistas en la región del Soconusco, región mexicana lindante con Guatemala, en la Amazonia, en las islas Malvinas, según una estrategia británica, entre otros casos.
Ya en el siglo XXI tenemos casos de intentos de secesionismos en países que, ¡oh casualidad!, están intentando llevar adelante procesos de cambios profundos, de reafirmación de soberanía ante los embates de las multinacionales y los Estados Unidos, con intenciones de construir el llamado socialismo del siglo XXI. Son los casos que se están desarrollando en Venezuela, Ecuador y Bolivia en la actualidad.









El autor de este texto es Horacio Alberto López, historiador, subdirector del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini". El bahiense López es ingeniero y un tipazo rebueno. Como él mismo lo notará, hemos abreviado la nota.