Destaca sobre toda esta artillería desplegada en favor del kirchnerismo un "Nunca menos" grosero e inoportuno.
La desgraciada frase pretende seguramente avisar que no habrá reducción ni retroceso en todo lo que el oficialismo originó desde 2003. Desafortunadamente se burla de una expresión que sirvió para titular el proyecto humanista, esencial, que la recuperada democracia del 83 acunó en procura de iluminar la brutalidad del genocidio.
Nuestra disminuida democracia, labrada por el proceso k, que destruyó los rasgos principales de federalismo y ética política, se renovará probablemente en las urnas de octubre. La incógnita es qué si Cristina no pueda seguir. No se avizoran herederos ni sucesores. Este proceso centralizador y unitario se esforzó en desalentar toda alternativa partidista. Sus oficiales agreden y desprecian a las voces contrarias. La construcción del esquema de poder presente arrasó los brotes de democracia que supimos conseguir.
El abuso sobre los recursos oficiales de difusión (canal 6,7,8) y otras vías como publicaciones propias y de aliados dibujan una imagen de gobierno reivindicante, liberador, americanista. Pero de democracia: muy poco.
Vivimos un mundo de imágenes candidateables sin avistar programas, proyectos, conciencia.
No se trata de pensar en un a alternativa polipartidista. Ni siquiera es irracional lo del partido único, toda vez que se alimente el esfuerzo por desbordar de democracia participativa cada intención.
Suerte.