Queremos:
1. Que la presidente entienda que nos representa a Todos. No debe actuar como líder de una facción, que trata de imponer sus propósitos;
2. Que la oposición se esfuerce por acompañar la gestión oficial, reclamando las correcciones admisibles y estimulando a la gente a comprometerse en la vida política y social;
3. Que se piense en un Presupuesto que ajuste el aparato público a nuestra realidad, racionalizando el sistema impositivo y comprimiendo el gasto militar;
4. Que las Provincias manejen el ministerio económico dentro del gabinete nacional;
5. Rediseñar el gasto universitario proponiendo objetivos productivos. No puede justificarse la dilapidación del esquema de estudios superiores a costa del abandono de ancianos y niños;
6. Que se democratice el poder judicial, diluyendo el privilegio de los abogados de ejercer su dominio de la Nación. La ciudadanía de todos los ámbitos debe tener inserción entre los jueces;
7. Revitalizar el sistema de partidos políticos: que sean auténticas expresiones regionales con profunda comprensión de urgencias y posibilidades;
8. Que los diputados y senadores conformen verdaderas asambleas, siendo elegidos para cada oportunidad en que deben actuar. No, accediendo a posiciones de favor aspiradas a perpetuidad;
9. Que el MERCOSUR se consagre como foro continental para lograr diluir el atributo de las facciones nacionales. Esta alternativa ayudará en el terreno de la justicia, del militarismo, del sindicalismo y del equilibrio insoslayable entre débiles y poderosos, tanto en los planos nacionales como internacionales.
10. Que las Iglesias retomen su compromiso en favor de las familias, para apoyarlas en su ineludible tarea de continente de los desarrollos individuales. Hay un gravoso desencuentro entre el orden y la estructura social.