Notas de interés sociopolítico acerca de los caminos de fortalecimiento de la democracia. Incorporemos la fenomenología del poder a las disciplinas de interés humanista.
lunes, octubre 01, 2007
¡Por fin una gran candidata a Presidente!
Pepe Eliachev, con enorme asombro por la pretensión kirchneriana de asemejar a CK con la esposa de Bill Clinton, ha señalado:
Hillary es abogada y ejerció como tal desde que se graduó hasta bien avanzada la carrera política de su marido, Bill Clinton. Se graduó en Wellesley College antes de completar sus estudios de Derecho en la Universidad de Yale, donde se especializó en el impacto de las leyes en los niños y comenzó lo que fueron décadas de trabajo como abogada de menores y familias. Como estudiante de Derecho, Hillary representó a hijos adoptivos y padres adoptantes en juzgados familiares, y trabajó en los primeros programas para crear procedimientos legales que permitan identificar y proteger a chicos víctimas de abusos sexuales.
Abogada del Fondo de Defensa de los Niños, fue una de las dos letradas contratadas por el Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes para el juicio político al presidente Richard Nixon.
Hillary fundó una clínica legal para pobres no bien llegó a Arkansas.
Hillary siguió abocada al tema de los hijos adoptivos y al abuso sexual de menores de edad y fundó un grupo llamado Abogados de Arkansas para Niños y Familias. Cuando tenía solo 30 años, el presidente Jimmy Carter la designó en la Corporación de Servicios Legales de los Estados Unidos, programa estatal sin objetivos de lucro que financia asistencia legal para pobres.
Encabezó la Comisión de Mujeres de la Asociación de Abogados de los Estados Unidos, vital en la tarea pionera de crear conciencia sobre temas como acoso sexual e igual salario por igual trabajo. Además, fue designada en dos oportunidades como una de las 100 abogadas más influyentes de los Estados Unidos.
La candidatura presidencial de Hillary Clinton se produce ocho años después de haber abandonado la Casa Blanca, donde fue primera dama. Y, además, se está “matando” para ganar la nominación presidencial del Partido Demócrata en elección interna extraordinariamente compleja, donde compite con un batallón de adversarios, sin favoritismos ni privilegios. En el formidable maratón democrático organizado por CNN y You Tube la semana pasada en Carolina del Sur, Hillary se las vio a solas, en vivo y sin red, en debate abierto y televisado a todo el mundo, pulseando con otros siete precandidatos: Christopher Dodd, Barack Omana, John Edwards, Joe Biden, Bill Richardson, Mike Gravel y Dennis Kucinich.
A partir del triunfo presidencial de Bill Clinton en 1992, Hillary asumió un rol internacional como portavoz de las mujeres y viajó por todo el mundo, bregando contra la degradación y abuso de las mujeres, y en defensa de una poderosa idea: los derechos de las mujeres son derechos humanos.
Otros “issues” de Hillary: legisló para acelerar el proceso de adopción de hijos y para ampliar la educación temprana del niño, aumentó el financiamiento de la investigación sobre el cáncer de mama, encabezó una campaña nacional para evitar los embarazos adolescentes y promovió en 1997 la ley llamada “Adopción y familias seguras”.
Fracasó, sí, políticamente en su lucha por un seguro médico universal, pero es responsable del lanzamiento del Programa Nacional de Seguro de Salud para Niños. Su libro de 1995 (It Takes A Village, sobre la responsabilidad de ayudar a los niños para que alcancen una lograda madurez), fue un best-seller internacional, pero ella donó más de un millón de dólares recaudados para apoyar proyectos infantiles en todo el país. Su autobiografía (Living History) fue otro éxito, traducido a 12 idiomas y con 1.3 millón de ejemplares agotados.
Hillary llega a la competencia por sus propios méritos y sin corona de protección oficial.