Vamos a tratar de justificar la actitud de la presidenta ante Clarín.
Se ha buscado una ley que permita forzar la reducción del Grupo. Se estaría ante un intervalo que debería resolverse el 7D. En ese entonces, la justicia establecerá la oportunidad en que el multimedia tendrá que adecuarse a lo fijado normativamente.
Dejando de lado que Clarín es el objetivo excluyente y reconociendo que el actual PEN favorece todo crecimiento de corporaciones similares ( y para peor, de dueños extranjeros, como Telefonica), se está negando el objetivo de desmonopolizar los media comunitativos. A este propósito loable de democracia se le antepone la venia a oligopolios amigos.
Lo que en sí oscurece la conducta de la primera mandataria es que es irremediablemente remisa a asumirse en ese cargo y con los deberes preestablecidos. Es quien representa a todos. Y si se la ha habilitado a corregir daños y riesgos del sistema político, tiene que hacerlo para, por y hacia todos. Es brutal hacerlo contra una empresa o sector determinado mientras se apaña a la oscura competencia del objetivo.
Reclamemos las medidas y propósitos que recuperen o fortalezcan nuestra democracia. Esta etapa es una prueba horrible de hasta cuándo podremos aguantar los atropellos y el descaro y cómo nos la podremos arreglar con los débiles recursos institucionales para aspirar a una sociedad vivible.