viernes, julio 09, 2010

Sentimientos de 9 de Julio


A medida que nos vamos alejando de las metas democráticas van dándose nuevos rasgos de una Argentina indeseable.
El jefe de la CGT oficialista se ufana de haber conseguido mejorar la situación impositiva de los asalariados que superan los 6 mil pesos mensuales. No debe saber que en la administración pública hay "becarios" que reciben 700 pesos por mes por hacer el mismo trabajo que cualquier empleado de planta y, además, sin derechos sociales ni gremiales. Quizá pueda decírselo la presidenta en alguno de los tantos viajes que llevan a cabo juntos.
El líder de la otra CGT no se fatiga en impulsar la candidatura presidencial de quien provocó la desmesurada devaluación del 3 a 1, hundiendo a la clase media y multuplicando la riqueza de los dueños de las finanzas.
Al impostergable reclamo popular de se-gu-ri-dad se le opone la inoperancia e ineficacia estatal, que no domina a ninguna de sus policías y encima derrocha cuantiosos recursos en mantener una estructura intocable de soldados, marinos, prefectos, aviadores, gendarmes en un mundo que necesita unidad de recursos de protección y estrategias consensuadas.
Argentina ha crecido en desorden y desigualdades. Prominentes empresarios ocupan espacios en el aparato del Estado, cuando corresponde al gobierno atender permanentemente al equilibrio de fuerzas en débiles y poderosos, ricos y pobres.
La pareja presidencial aumentó su riqueza siete veces en siete años. Paralelamente, se distanció de las iglesias, se asoció al antijudío Chávez (en más de un sentido, parece), sigue distante de las pretensiones productivas serias, se congela ante aquellas atrocidades de la entrega menemista de riquezas nacionales y promueve peleas constantemente con los sectores que le molestan haciendo gala de un espíritu pandillero que satisface a muy pocos.