El título nos podría llevar a una reflexión romántica. Atemporal.
Pero, no. Mercosur es urgente. Lo es por razones de gobierno, legislativas y de justicia.
Situaciones de enorme trascendencia parecen sumir en la impotencia a nuestras incipientes democracias. Por ejemplo, el desguace del noroeste por culpa de las mineras internacionales. Han modificado explosivamente esas geografías. Se llevan minerales y piedras preciosas y dejan ríos de lodo y cianuro. Les fueron concedidos los derechos de usufructo y se alzan con enormes beneficios dejando migas a la población.
¿Qué gobierno puede ser lo suficientemente fuerte como para virar ese cuadro hacia lo justo?
Por éso, el Mercosur.
Porque la unión entre naciones aportará el sustento que ayude a mantener esas discusiones. Las alejará del sistema de fuerzas e intereses locales y planteará escenarios donde puedan equipararse las posiciones.
Lo mismo podría decirse respecto de la industria automovilística y sus caprichos, que absorbe porciones muy significativas de la mano de obra e impulsa satelitizaciones productivas.
¿Cómo ponerle el cascabel a ese gato?. Un Estado nacional encontrará en el Mercosur una potencialidad mayor.
El desarrollo de los esquemas de Justicia requiere trasnacionalizar los tribunales. Jueces foráneos podrán actuar mucho más independientemente ante cuadros engorrosos, sujetos a presiones de los factores de poder.
Cuando elevamos banderas de nacionalidad dejamos de lado la certeza de que los propósitos y los logros tengan que ver con toda la ciudadanía. Quizá beneficien a muchos menos que los deseables. Gobernantes y jueces del Mercado Común del Sur operarán con las razones y los instrumentos que dentro de la jurisdición nacional pueden resultar estériles.
Inclusive, el tema militar debe plantearse en un marco supranacional. Que los argentinos ayudemos a sostener un ejército, una marina, una fuerza aérea, una prefectura, una gendarmería podría ser juzgado como un despropósito en vistas de las abismales diferencias sociales, la extendida pobreza y la creciente inseguridad interna. Probablemente el Mercosur llegará a abarcar un sistema armado multinacional, mucho más razonable y eficaz que los que bancan los ciudadanos de América en cada uno de sus territorios.
