miércoles, diciembre 03, 2008

No estamos solos


Rolo fue secuestrado y asesinado. Se supo del cadáver, calcinado.
Los González lloraron la irreparable muerte del angelito. Tuvo 19 años de cortísima ilusión de Vida. Su familia no encuentra consuelo.
Rolo fue uno más de nuestros desafortunados que cayeron en garras animales.
El periodismo le dedica todos los espacios posibles. Hasta que deje de ser noticia. Hasta cuando se sepa (o no) de los culpables y se los castigue.
La familia González quedará vacía. Como tantas otras de este mundo enfermo de corrupción que han perdido a un ser querido y no lograrán amparo entre nosotros.
Porque hoy es así. Una tras otra, las noticias sobre la violencia imperante revuelven nuestros miedos y aprisionan las almas. A la espera de no sufrir un horror parecido.
Nos estamos quedando muy cortos. Demasiado.
La violencia es generada por la misma sociedad. Es la consecuencia de la profunda corrupción abonada por las desigualdades. Por el terreno que han cedido los buenos a los malos, los débiles a los poderosos.
La violencia es culpa de nuestra sociedad.
Los González son infinitamente acreedores nuestros. Les debemos la posibilidad de haber sido felices. No podemos huir de esa carga.
No podemos condolernos en el momento y volver a angustiarnos cuando a otra familia le ocurre un drama similar.
Habría que preguntarle a los González que necesitan y dárselo todo. Porque si el Estado lo hace, como correspondería, está actuando en representación de todos. Tenemos más o menos culpa por cada situación de desamparo, de violencia, de intolerancia, de discriminación.
Hay que pensar cómo hacemos para recomponer en cada sufriente la sensación de que no están solos. Habrá que actuar a través de los organismos de gobierno habilitados para hacerlo y llegar a ellos con todo lo que se animen a reclamar y merecer.